La Coordinadora Biscarrués Mallos de Riglos espera que la declaración del transporte fluvial de la madera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad sirva para revitalizar el descenso de nabatas.

El expediente de la candidatura multinacional 'El transporte fluvial de la madera', presentado por Austria, Chequia, Alemania, Letonia, Polonia y España el día 29 de marzo de 2021, se ha aceptado para su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Una gran noticia que ha sido celebrada este fin de semana por parte de la Asociación de Nabateros de la Galliguera en el entorno de la navata expuesta en Murillo de Gállego. La portavoz de la Coordinadora Biscarrués Mallos de Riglos, Lola Jiménez, espera que este reconocimiento sea un espaldarazo definitivo a la cultura de la nabata y sirva para revitalizar el descenso, a través de la llegada de financiación y de personas que se sumen a este proyecto con su trabajo.

Jiménez invta a la gente interesada a sumarse a esta actividad.

En la obtención de este reconocmiento han trabajado todas las asociaciones de nabateros a nivel internacional y es que el descenso de nabatas es el transporte de madera fluvial que encontramos en ríos italianos, alemanes, eslovacos, franceses, finlandeses o canadienses. Lola Jiménez ha dicho que la denominación de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es una reconocimiento al trabajo de muchas generaciones.

El descenso de nabatas tiene su origen en la Edad Media, cuando a través de balsas para realizar diversos transportes usaban las corrientes naturales de agua. En la provincia de Huesca hay tres asociaciones de nabateros, además de la de la Galliguera, está la Asociación de Nabateros de Sobrarbe y la de La Val D'Echo, que en primavera realizan sus descensos. Cabe apuntar que esta actividad, a modo simbólico, se recuperó en la Galligeura a modo reivindicativo, contra la construcción del emablase de Biscarrués.