En la recta final de los trabajos del rescate de Julen (que hace ya nueve días que cayó a ese pozo de más de cien metros de profundidad y solo 25 centímetros de diámetro)... en esa recta final es en la que participan los ocho miembros de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, que llevan ya una semana en Totalán. En estos días han estado estudiando el terreno y analizando todas las posibles dificultades que puedan aparecer en sus tareas.

Tienen que cavar unos cuatro metros en horizontal, entre el túnel y el pozo, a 72 metros de profundidad para llegar hasta Julen. Un trabajo que se realiza de manera manual, picando con un martillo, usando también un martillo neumático. Y en caso de que se topen con rocas más duras (como las que han aparecido en todo el proceso previo), entonces recurrirán al uso de explosivos NO para abrir la galería, sino para fragmentar las rocas y seguir quitándolas a mano. 

A medida que vayan avanzando en la apertura de esa galería horizontal (una labor que puede conllevar unas 24 horas), los mineros tendrán que ir apuntalando la cavidad. Estos mineros van a trabajar en grupos de dos, en turnos de entre 40 minutos y una hora, con medidores de oxígeno para garantizar que tienen el suficiente aire para permanecer allí. Llevarán luces LED en el casco y usarán mascarillas por el polvo que generará la rotura de la roca. Trabajarán tumbados o de rodillas y estarán conectados vía telefónica con el resto de compañeros que estarán en la superficie.