Todos los que lo vivieron coinciden,  a mediodía se hizo de noche en Málaga. El 14 de noviembre de 1989, el cielo sobre la capital y el Valle del Guadalhorce se oscureció y en pocos minutos la naturaleza desató su fuerza en forma de lluvia dejando casi 150 litros por metro cuadrado en hora y media. Nadie había visto nunca nada igual. La ciudad no estaba preparada para absorber tal cantidad de agua.

SIN TIEMPO PARA REACCIONAR

Rápidamente lo que eran calles se convirtieron en balsas de agua,  y en algunos casos en auténticos ríos. Casas inundadas, coches sumergidos, carreteras cortadas, negocios destrozados, campos y explotaciones ganaderas arrasadas, colegios cerrados, personas aisladas, y el peor dato, las fuertes lluvias de ese 14 de noviembre y de días posteriores dejaron  un balance de  8 personas fallecidas; algunas fueron sorprendidas en casa, otras arrastradas por la fuerza del agua.  Las peores consecuencias imaginables de la lluvia se concentraron en Málaga hace hoy justo 30 años. La imagen, perteneciente al Archivo Municipal, da una idea del desastre. 

SE ESPERABA MUCHA LLUVIA

El actual director del Centro Meteorológico de Málaga, José María Sánchez, ya trabajaba por aquel entonces en esta entidad y explica en Herrera en COPE MÁS Málaga, qué tipo de fenómeno meteorológico causó el desastre aquel 14 de noviembre de 1989 "fue una DANA muy profunda que se situó en el Golfo de Cádiz que se movió hacia Málaga y se quedó estacionada. Fue una tormenta detrás de otra durante más de tres horas", explica el meteorólogo. También recuera que el día antes ya activaron alertas ante la previsión de fuertes lluvias

VALORACIÓN DE DAÑOS                      

Una primera valoración de la Junta de Andalucía estimó los daños en 30.000 millones de pesetas (180 millones de euros). Muchos dudaban de este cálculo.  Desde la cámara de comercio aseguraban que la cuantía superaría los 600 millones de euros. (100.000 millones de pesetas). Sólo desde el sector de la agricultura y ganadería, calcularon los daños en más de 20.000 millones de pesetas...120 millones de euros.

Durante días, militares, servicios operativos y los propios ciudadanos trabajaron sin descanso para normalizar la situación. No sólo había que retirar agua, sino todo el lodo que había arrastrado y que tiñó Málaga de color marrón.