Al proceder a la identificación del animal, mediante la lectura del microchip, pudieron comprobar que en el interior del vallado había otros tres canes. Al inspeccionar al resto de los animales, observaron que uno de ellos permanecía de pie e inmóvil, a una distancia de unos treinta metros, el cual realizaba ladridos, al parecer de dolor. Al aproximarse al animal, se pudo observar, que el mismo tenía gran parte de la cara herida e infectada, le faltaba un ojo, y despedía un fuerte olor, además le costaba mantenerse en pie. Por lo que fue intervenido por la Guardia Civil, pasando aviso al Servicio Veterinario encargado de la zona. El Servicio veterinario, fue acompañado al lugar por la Guardia Civil, pese a que los componentes de esa patrulla, habían finalizado su horario de servicio, con el ánimo de asegurarse que los perros fueran atendidos, sin que se le impusiera al Servicio Veterinario, ningún impedimento, para reconocer al animal. El Servicio veterinario, debido a las lesiones que presentaba el animal y debido al tiempo trascurrido sin proporcionar la atención sanitaria debida al animal, optó por sacrificarlo. Por lo que se imputó en calidad de investigado a un vecino de Santiago Pontones, la comisión de un delito relativo a la Protección de la Flora, Fauna y animales domésticos.