Antonio Punzano no siempre tuvo claro que iba a dedicarse a la ganadería. Pero los avatares de la vida hicieron que la obligación ganara a la vocación. Cuando contaba con 16 años, su padre enfermó y, siendo el mayor de los hermanos, tuvo que ponerse al frente de la explotación ganadera familiar. Empezó a ayudar en esta actividad y, hoy, 27 años después, no solo ha logrado continuar con la tradición familiar y ampliar su explotación, sino que ha intentado mejorar el sector ganadero a través de una inquietud personal y profesional que ha está dando muchos frutos.

Actualmente, es presidente de la Agrupación de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) Los Campos de Santiago Pontones, con 70.000 cabezas de ganado, y de la que es socia COAG-Jaén. Con alrededor de 250 familias dedicadas a la trashumancia, Santiago-Pontones, en pleno Parque Nacional de Cazorla, Segura y las Villas, tiene como uno de los pilares de su economía local la venta de los productos derivados del cordero segureño, una especia autóctona muy apreciada por la calidad de su carne. La forma tradicional de pastoreo en busca de los mejores pastos otorga a esta variedad un atractivo especial. El Gobierno de España concedió el distintivo de origen y calidad de indicación geográfica protegida en 2008. La preservación de la trashumancia como medio económico y como sistema ancestral de pastoreo es una demanda en la comarca.