La alcaldesa de Baeza, Lola Marín ha intervenido junto con el presidente de la Diputación Provincial de Jaén, el presidente de la Asociación de Cofradías, Rafael Perales y Pedro Narváez, miembro de la Junta Administrativa de la Catedral y fotógrafo baezano, en la presentación del Cartel de Semana Santa y Corpus Christi 2022. Ambos carteles recogen imágenes únicas de Baeza poniendo en valor nuestro Patrimonio.

La alcaldesa de la ciudad Patrimonio Mundial, Lola Marín, afirmaba que “tanto la Semana Santa como el Corpus Christi siguen siendo una de las citas más importantes de Baeza desde el punto de vista turístico y uno de los grandes reclamos más atractivos de la ciudad” y destacaba que “atraen a miles de turistas que persiguen un turismo religioso que pueden disfrutar de auténticas obras de arte en los majestuosos tronos que recorren las monumentales calles de la ciudad”.

En este sentido, Marín reconocía que “toda la grandiosidad de la Semana Santa baezana es gracias a los ancestros del tejido asociativo de Baeza, pues contamos con cofradías de más de 600 años de historia, ya que la participación de la ciudadanía es parte de la fortaleza de la Semana Mayor y el Corpus Christi”.

La regidora reconocía la labor de la Junta Directiva de la Agrupación Arciprestal de Cofradías que, a pesar de no haber habido Semana Santa en los dos últimos años, no ha dejado de trabajar e innovar para seguir enalteciendo y fortaleciendo la fiesta de la fe.

Por otro lado, Lola Marín ha recordado que en los últimos años, la festividad del Corpus Christi ha recuperado antiguas tradiciones con la las construcciones efímeras: las puertas de la Luna y del Perdón de la Santa Iglesia Catedral. Dos puertas únicas que están rescatando año tras año, poniéndolas en valor, gracias a la Diputación Provincial de Jaén.

Por su parte, Francisco Reyes afirmaba que “la Semana Santa y el Corpus representan un atractivo turístico y cultural de primer orden en nuestra provincia, aunque hay pueblos y ciudades donde adquieren una dimensión mayúscula. Este es el caso de Baeza, ciudad Patrimonio de la Humanidad, cuyos vecinos y vecinas participan activamente en las cofradías y hermandades, o engalanando la ciudad para el paso procesional de la Custodia”, ha destacado Francisco Reyes, quien ha expresado su deseo de que “después de dos primaveras sin cofradías en las calles como consecuencia de la pandemia, todos esperamos que se recupere la normalidad, y se pueda disfrutar en su esplendor”.

El presidente de la Agrupación Arciprestal de Cofradías ha destacado el maravilloso capital humano que ha sabido transmitir de generación en generación el legado de nuestra Semana Mayor. “Baeza es una ciudad cofrade que vive la Semana Santa durante todo el año y eso se demostrado en los dos años de pandemia que -a pesar de no haber podido procesionar- ni la fe, ni creencias se han suspendido”.

Basado en una fotografía realizada por el baezano Carlos Arcos Cruz, quien resultó ganador del concurso organizado por la Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades de la ciudad, el cartel de la Semana Santa de Baeza de 2022 lo protagoniza el Cristo de la Humildad, de la Cofradía de la Humildad que procesiona el Jueves Santo.

El fotógrafo baezano, miembro de la Junta Administrativa de la Catedral y autor del cartel anunciador del Corpus Christi 2022, Pedro Narváez, ha destacado que este año, el cartel es colorista, positivo y alegre que busca reflejar la solemnidad que se vive en la ciudad de Baeza durante la festividad del Corpus Christi”. Así la imagen transporta al espectador a la calle Sacramento en la mañana del día del Corpus Christi. Destaca la custodia procesional, del siglo XVIII, entre el colorido de las colgaduras, estandartes y toldos que engalanan las calles que recorre la procesión.

“La Custodia de la Catedral de Baeza” una de las más destacadas de España en su género y la principal pieza de orfebrería del patrimonio catedralicio. Mide 2,20 m. de altura y fue realizada en plata casi en su totalidad (algo más de 10.745 onzas), excepto algunas partes que son de cobre dorado y el viril que es de oro macizo.

Una obra de arte, que se convierte en el centro de una celebración, que se ha consagrado como una de las manifestaciones populares más arraigadas en nuestra ciudad y en la que al igual que ocurre con la Semana Santa, se ha transmitido de generación en generación los altares que, a lo largo de su recorrido, engalanan la ciudad, dándole un colorido único e irrepetible.