La localidad granadina de Güéjar Sierra destinará los beneficios de la popular Fiesta de la Asadura, que se celebra el 9 de marzo para la promoción de la gastronomía y la chacinería tradicional, a un proyecto para el impulso de drones en situaciones de emergencia humanitaria.

La responsable de Turismo del municipio, Elisabeth García, ha informado de que en los últimos años el turismo local ha venido experimentando un "incremento constante" y se está consiguiendo romper con la estacionalidad invernal, al posicionarse el municipio "como destino de naturaleza y deporte los doce meses del año".

La Fiesta de la Asadura contará con la experiencia del cocinero güejareño Antonio López, que una vez más recurrirá a los productos locales para dar el sabor único e inconfundible de la antigua receta de matanza.

Así, las doce calderas cocerán a fuego lento más de 600 kilos de asadura junto con cebolla, orejones de pimiento y tomate, almendras y pimientos asados, para repartir más de 3.000 platos de asadura al estilo güejareño.

Como cada edición, el Ayuntamiento ha preparado más de un millar de jarras elaboradas por el artesano local Leonardo Quirós con las que se pretende recaudar fondos para una iniciativa benéfica que este año recae en la que promueve la Asociación de Guardias Civiles Solidarios.

En concreto, el impulso para la utilización de drones en acciones humanitarias y de rescate. Desde la Asociación de Guardias Civiles Solidarios (AGCS) pretenden con este proyecto iniciado en 2017 incorporar el uso de drones en labores que van desde la búsqueda de personas, a rescates en alta montaña o catástrofes como un terremoto.

Actualmente, el proyecto se encuentra implantado en toda la geografía española y cuenta con 87 voluntarios habilitados por la Agencia Española de Seguridad Aérea.

En el caso de Granada, existen una decena de operadores a disposición de los equipos de rescate y autoridades competentes en un hipotético operativo.

Tras haber colaborado en Níjar en la búsqueda del pequeño Gabriel, la AGCS se dio cuenta de las limitaciones de la aeronave de la que disponían, por lo que decidieron poner en marcha una campaña de recaudación de fondos para adquirir un nuevo dispositivo.

La nueva aeronave tiene un coste de 18.000 euros y está preparada para volar en condiciones adversas, además de poseer una cámara termográfica que hará posible el trabajo nocturno.