Un trabajo de seis pioneros en el uso de de la melatonina contra la Covid-19, entre los que se encuentran los doctores Alberto Domínguez y Jan Tesarik de la clínica Margen de Granada, ha confirmado su potencial para ampliar los efectos de las vacunas contra las variantes del virus causante del coronavirus.

El artículo, publicado en el último número de la revista científica Melatonin Research y del que han informado este lunes sus impulsores, reúne las experiencias de científicos de Estados Unidos, Canadá, Argentina y España y subraya el interés en la utilización de la melatonina, junto con las vacunas, para aumentar su eficiencia.

La Covid-19 ha revelado nuevas y múltiples cualidades de la melatonina, utilizada fundamentalmente como una sustancia que induce al sueño pero a la que hoy se le reconocen múltiples propiedades como combatir el coronavirus por regular el sistema inmunológico, actuar como antinflamatorio, ser un potente antioxidante, mejorar la fertilidad o frenar el desarrollo del cáncer.

Los autores del estudio han analizado los mecanismos de la acción antiviral de la melatonina, al utilizar la información reciente sobre sus interacciones con los eventos moleculares en las células y confrontarla con los datos clínicos relativos a los efectos de la melatonina en la Covid-19 y otras enfermedades virales.

Según Tesarik, se ha demostrado que la melatonina previene o mitiga una serie de diferentes enfermedades virales respiratorias y no respiratorias.

"Dada su acción antiviral inespecífica, es probable que sea eficaz contra la variante delta del SARS-CoV-2, así como contra eventuales variantes futuras del virus", ha señalado.

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Los datos publicados por el equipo coordinado por el doctor Tesarik demuestran que la melatonina actúa como un agente pan-antiviral, contra una amplia gama de los virus y de sus diferentes variantes.

Este amplio abanico de los virus sensibles a la melatonina se debe a su mecanismo de acción, y actúa directamente contra varios virus, pero su acción principal consiste en la modulación del sistema de la defensa inmune del paciente, mejorando su eficacia en general, una acción antipatógena mucho más amplia que otros medicamentos antivirales e incluso las vacunas.

De hecho, las vacunas suelen ser muy eficaces, pero su acción está restringida al agente patógeno contra el cual han sido fabricadas.

Un buen ejemplo de la selectividad es la vacuna contra la gripe que debe actualizarse cada vez que el virus de la gripe muta.

Al igual que el virus de la gripe, el de la Covid-19 también forma parte de la familia de los virus cuyo material genético está codificado en una molécula de ARN