Eduardo Casado es un periodista murciano que trabaja para 20minutos. Casado es también un apasionado de la historia y ha contado en COPE cómo se encontró el pasado jueves en Córdoba con tres familiares suyas norteamericanas Sarah, Paige y Rebecca, a las que conoció tras un gran trabajo de investigación que parte de un ciudadano de Belmez que emigró a Estados Unidos hace más de un siglo.

La historia comienza en 1920, cuando el tío bisabuelo de Eduardo Casado, Juan Jurado, se embarcó con 18 años en un buque que lo llevó a la famosa Isla de Ellis, Nueva York, como tantos otros europeos que se buscaron la vida en el nuevo mundo a principios del siglo XX. Juan -o John- Jurado recorre los Estados Unidos desde Pittsburgh hasta Ohio, en una vida azarosa en la que pudo ser incluso contrabandista de bebidas alcohólicas durante la Ley Seca. Casado conoce también que se casa con una mujer llamada Mary Ellen Brunton, y que trabaja como cocinero en Ohio, ciudad en la que se le conocía con el sobrenombre de ‘Firpo’, en honor a un boxeador argentino que le hizo perder una apuesta.

En COPE, Casado también relata las cartas que enviaba al principio, en las que mandaba recuerdos para su sobrina, Mercedes López, su abuela, y que acabó formando una familia en Murcia. La Guerra Civil cortó la comunicación entre Juan Jurado y su familia, que no volvió a recibir más cartas suyas.

Aunque Jurado murió en 1961, la familia no lo supo hasta 60 años después, cuando Eduardo Casado contó en COPE que se sometió a una prueba de ADN para rastrear sus orígenes genéticos que le permitió conocer la existencia de personas que se habían hecho la misma prueba en el mundo y tenían el mismo ADN.

Así descubrió que tres mujeres tenían una especial coincidencia genética con él en la ciudad de Ohio y luego supo que, además, tenían el apellido Jurado, el de su antepasado que emigró a América.

A partir de ese hilo y a través de correos electrónicos Casado consiguió reunirse con sus lejanas familiares, con las que piensa mantener el contacto una vez que se reunieron en Córdoba. La pandemia les “ayudó” a conocerse, puesto que el viaje que tenían previsto para 2020 tuvo que ser pospuesto. El destino parece que les quería más de cien años después de la partida de su primer nexo desde Belmez hacia Nueva York.