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La luna de miel perpetua en Cartagena de Pepe Escalante

El técnico del Córdoba que subió el 30 de junio de 1999 en un partido épico recuerda el silencio sepulcral del Cartagonova y que en las celebraciones fue “más búho que loro"

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Toni Cruz González
@tonicruzgon

Redacción COPE Córdoba

Córdoba

Tiempo de lectura: 5'Actualizado 17:47

“Me acuerdo porque me casé un 29 de junio, así que cada 29 de junio, cuando llega al otro día… es como una luna de miel. Tampoco ha pasado tanto tiempo”. Pepe Escalante tiene 70 años y muchas ganas de seguir trabajando y no se ve lejos de aquel técnico que hace justo 21 años lograra algo que una generación veía impensable: que el Córdoba volviera al fútbol profesional.

Lo hizo tras atravesar un océano de imponderables tanto en la liga regular como en la siempre cruel liguilla de ascenso. Por eso, entonces, contó en rueda de prensa que había sido “el día más feliz de su vida”.

Escalante repasa en COPE una trayectoria “con la lengua fuera” y en la que “al final se culminó lo que la mayoría de la gente no esperaba. Respondimos todos sobresalientemente”. Una campaña que, todavía hoy, sigue siendo la más feliz en la vida de muchos cordobesistas a pesar de haber podido disfrutar de un ascenso a Primera. El técnico de Ciudad Jardín considera que “ese ascenso la gente lo tiene en mente porque parecía imposible. Cuando yo empecé en el equipo estábamos penúltimos y empatamos en Almería ante el Poli. Pasamos de animarnos para no descender a hacerlo para ascender. Nosotros sentíamos lo mismo, aunque el objetivo era distinto el ánimo lo sentíamos igual. No se podía animar más alto. Intentamos corresponder lo máximo hasta que llegamos a lo de Cartagena”.

"Con el encierro queríamos decirle a la gente que estaríamos allí de cualquier manera"

“Los tiesos también saben hacerlo” era el eslogan de los calendarios que repartía el legendario Juan Aznar en el estadio y que hacían alusión a la gestión de la directiva de Manuel Oviedo en ese año glorioso. Una campaña con encierro incluido en el que tuvo que mediar el comunicador José María García: “No llegamos a pasar una noche entera encerrados, pero ya había tres o cuatro colchones en la caseta. La situación llegó a ser límite. Ese encierro vino más para decirle a la gente que estábamos allí de cualquier manera. La cosa es que no había y por eso no se podía. Ni directivos ni presidente ni jugadores ni nadie. Queríamos decir a la gente que a pesar de todo seguiríamos allí y que supieran las condiciones en las que estábamos trabajando. Y no ganábamos tanto. Algunos le tuvieron que prestar dinero a otros para que cubrieran sus necesidades esenciales”. Con todo, fueron pasando de “lo imposible a lo medianamente posible a lo posible y a lo cumplido. Las exigencias iban subiendo y eso generó un poco de nerviosismo al final, pero respondimos bien”.



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“Los del Cartagonova vendieron demasiado pronto la piel del oso -reflexiona Escalante-, porque ya empezaron a venderla en Córdoba. Ya aquí había botellas reservadas para después del partido, porque les bastaba un punto de los seis que había en juego en las dos últimas jornadas. El Cartagonova tenía muy buen juego con Aranguren a la cabeza”. Por eso, descubre el entrenador que “nuestra meta en El Arcángel no era solo ganar, sino hacerles ver que allí podíamos hacerlo también. Ten en cuenta que desde que no habían perdido en su campo”.

El partido en tierras cantonales fue una batalla desde el día anterior: “Cuando llegamos allí nos recibieron como un equipo líder, con confianza y sobrado. Desde lanzamiento de botellas al autocar hasta un presidente -Manzano- con un casco con cuernos puestos e incitando a la gente. Incluso el día de antes del partido en el hotel pusieron petardos en los contenedores de nuestra calle y nos dieron la planta baja para que no descansásemos bien. Todo eso lo pudimos utilizar para hacernos ver que conseguimos lo que queríamos en Córdoba: que nos respetaran y les entrara el miedo. Al final no abrieron las botellas de champán. Al menos ellos, claro”.

Si pocos tenían fe antes del arranque de aquel choque de Cartagena, menos cuando el árbitro Rodado Rodríguez se inventó un penalti “que no fue en absoluto de Requena. Lo recuerdo todo. La charla de antes de ir al campo fue más prevenirles lo que se podían encontrar y hacerles ver, con argumentos, que estábamos allí para hacer historia. Para mí, el Córdoba lleva Córdoba implícito. No era un ascenso nuestro solo sino de toda una ciudad. Estábamos en ese compromiso de corresponder a nuestra manera a todo el esfuerzo de la directiva y de la afición. Salimos de allí más grandes”.

"Óscar Ventaja me recordaba en el golpeo a Cardeñosa, tenía el pie pequeño pero que entraba muy bien en el balón"

Sin embargo, en una segunda parte que marcó una época, Escalante sacrificó a Puche para que jugara Espejo y dos zapatazos, uno de Óscar y otro de Ramos, decantaron la balanza de manera inesperada: “Una de las cualidades primordiales de Ramos es el desplazamiento de balón. Cambio de orientación, golpeo seco y bien dirigido y con potencia. De hecho, ha hecho muchos goles desde fuera del área. Es más sorpresivo lo de Óscar, aunque es un poco engañoso. Me recordaba mucho a Cardeñosa -compañero mío en el Betis- por su pie pequeñito, pero que entraba muy bien en el balón y no hacía falta mucha fuerza para que el golpeo cogiera potencia. El gol de Ramos lo vi más normal que el de Óscar, que además fue en dos toques. Desde esa parte derecha con la izquierda encontró muy bien la otra escuadra. La fe en sí mismo fue la que hizo que se produjera el gol. Desde que salió de su bota ese disparo estaba celebrando porque sabía que iba a puerta. Me alegré mucho de que lo marcara él porque trabajó siempre en cualquier situación en la que se encontrara y cuando no jugaba animaba a sus compañeros”.



Lo que más le sorprendió de ese ascenso a Escalante fue cómo “durante el partido las 17 mil personas que estaban allí no paraban de animar y al final pudimos escuchar hasta el tercer silbido del árbitro. Se hizo un silencio sepulcral en Cartagonova y podíamos escuchar nuestras propias conversaciones entre 17 mil espectadores. Ese silencio se convirtió en una extraordinaria alegría en Córdoba”.

"En la celebración, el Cartagonova se quedó en silencio y yo dejé de ser loro y empecé a ser búho"

En la celebración posterior, que arrancó someramente en los vestuarios del campo rival y prosiguió en el Parador de Puerto Lumbreras, Escalante sufrió una transformación casi mitológica: “en la celebración me quedo más con la observación que con la participación. Dejé de ser loro y empecé a ser búho. Disfrutaba más como búho. Me dediqué a observar las caricias, los gestos, los estados de ánimo de alegría constante entre familiares y aficionados, que no nos dejaron en ningún momento. Porque incluso en el hotel donde celebramos el ascenso había aficionados del Córdoba. Las palabras se hacen siempre las mismas en los ascensos: agradecimiento, orgullo… Lo anterior es lo que te deja sin palabras, porque lo traduces para ti”.

El ascenso en MARCA

Considera el entrenador más exitoso de la historia del club blanquiverde que “el Córdoba no debería cambiar. En ese día en Cartagena llegaron a jugar nueve de Córdoba. Si la mitad de la plantilla o más es de la ciudad la difusión es mayor en la ciudad, porque hay más convivencia incluso personal y familiar”.

Han pasado 21 años y “el fútbol no es lo mismo, pero sobre todo por lo de fuera. Existe más presión, pero el sistema de juego solo se manifiesta de verdad en equipos inferiores. En realidad, lo que ha cambiado es la presión y poco más. Antes era blanco y negro y ahora es todo color y arcoíris e ingresos por todas partes. Antes era solo los ingresos de los socios y lo atípico la rifa de Navidad”

"Las circunstancias externas a un club distraen a los deportistas e incluso a los dirigentes"

Para el Córdoba C.F., por desgracia, el panorama ha involucionado en los últimos tiempos. Escalante reflexiona con prudente optimismo sobre lo que puede suceder en el corto plazo: “Los que hemos estado dentro y estamos fuera siempre vamos a defender al club con respeto. Los principales problemas del Córdoba pasan por solucionar la serie de circunstancias que se han producido. Eso distrae mucho del deportista e incluso de los dirigentes. Espero que poco a poco se irá solucionando y poco a poco iremos viendo ideas y objetivos para las próximas temporadas”.

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