Este patio perteneció a un convento, que quedó divido en dos tras la desamortizaron en 1835. Conocida como “la casa de la sal”, esta casa de vecinos continúa siendo un fiel reflejo de las casas de vecinos, lo que le ha valido para concursar en el evento dentro de la modalidad de arquitectura antigua.
La casa cuenta con dos patios, un primer recinto cuadrangular, en cuyo suelo se entremezclan los chinos cordobeses, con piedras de granito. En el segundo recinto, de planta alargada, es donde se disponen la mayoría de las plantas como claveles, geranios y gitanillas, entre otras. Además destaca su limonero, plantado en un gran bidón industrial o la palmera que crece en el interior de un falso pozo.