Una generación que pisa fuerte: jóvenes flamencos brillan en la final del certamen provincial en Encinas Reales
Este certamen, que ya va por su edición número 22, sigue cumpliendo con su objetivo: mantener viva una tradición
Foto de familia en el XXII Certamen de Jóvenes Flamencos de la Diputación de Córdoba
Córdoba - Publicado el
3 min lectura
El flamenco tiene relevo, y lo dejó claro este fin de semana en el auditorio municipal Antonio Algar González de Encinas Reales. Allí se celebró la gran final del XXII Certamen de Jóvenes Flamencos, una cita que confirma cada año que el arte jondo no sólo se hereda: también se aprende, se estudia y se siente con una intensidad nueva, capaz de conmover a un jurado del más alto nivel.
El eco de la guitarra, el quejío valiente y la fuerza del taconeo recorrieron cada rincón del recinto en una gala cargada de emoción y talento. Al finalizar, el público pudo conocer los nombres de los ganadores en las distintas modalidades, seleccionados por un jurado que da fe del nivel del certamen: Francisco José Arcángel, Rubén Olmo, Kyoko Shikaze, “El Pele” y Laura González. Un tribunal de artistas consagrados que valoraron no solo la técnica, sino también el alma que cada joven puso sobre las tablas.
En la modalidad de cante, el Premio Antonio Fernández Díaz ‘Fosforito’ ha sido para Marina Reyes, una voz joven que se impuso por su madurez interpretativa y su dominio de los palos. Inmaculada López quedó finalista tras una actuación que también despertó elogios. En el apartado de guitarra flamenca, Melchor de Juan Reyes se alzó con el Premio Vicente Amigo, mientras que Antonio Jesús Gómez fue finalista con una propuesta técnica muy sólida.
El baile volvió a emocionar al público con dos categorías separadas por franjas de edad. En la modalidad Blanca del Rey (14 a 18 años), el ganador fue Raúl Alba, que sorprendió con una actuación cargada de expresividad y precisión. Lucía Vinós fue finalista tras mostrar una elegancia poco común para su edad. En la modalidad para mayores, Premio Olga Pericet (19 a 35 años), la bailaora Natalia García se llevó el reconocimiento, con Inmaculada Concepción Carmona como finalista.
Más allá de los premios, el certamen fue una oportunidad de conexión entre generaciones. Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España y miembro del jurado, sorprendió a los asistentes con un gesto que dice mucho del nivel observado: ofreció a los cuatro finalistas de baile una beca de una semana en la institución que dirige. "El arte del baile cordobés debe estar presente en el Ballet Nacional", afirmó, dejando claro que hay futuro en estos nombres propios que empiezan a sonar con fuerza.
El certamen no es solo una competición, sino una plataforma para jóvenes de entre 14 y 35 años que quieren abrirse paso en el mundo profesional. Durante semanas, los aspirantes han pasado por distintas fases en varios puntos de la provincia, aprendiendo, creciendo y compartiendo escenario con otros talentos. La final ha sido el colofón de un proceso en el que no sólo se premia el resultado, sino el camino recorrido.
Encinas Reales, pequeño en tamaño, pero grande en acogida, se convirtió por una noche en capital del flamenco joven. Familias, amigos y aficionados llenaron el auditorio, demostrando que hay un público deseoso de descubrir nuevas voces, nuevas manos y nuevos cuerpos que lleven el flamenco al mañana.
Este certamen, que ya va por su edición número 22, sigue cumpliendo con su objetivo: mantener viva una tradición y, al mismo tiempo, renovarla. Lo hace alejándose de los grandes focos, apostando por lo auténtico y por quienes aún están forjando su nombre a golpe de compás.