Las cofradías, como el resto de la sociedad, siguen realizando su vida diaria marcada por la ‘nueva normalidad’ y la incertidumbre que sigue causando la pandemia. Las salidas procesionales parecen estar aún lejos de realizarse –o, al menos, en el momento en el que se escriben estas palabras-. No obstante, los cultos en los interiores de las iglesias se retoman con fuerza en este septiembre, mes que tradicionalmente abre el nuevo curso cofrade.

En Jerez, una onomástica y un aniversario de principios de esta semana fueron el motivo de la exposición y veneración para los fieles de tres dolorosas. Si bien es cierto que, en circunstancias normales, estarían expuestas en solemne besamanos, las medidas de seguridad y protección impiden que se pueda besar o tocar la mano de la imagen. Sin embargo, esta limitación no fue óbice para que un sinfín de cofrades se acercasen hasta las sedes canónicas de las hermandades en cuestión para postrarse ante las plantas de sus dolorosas.

La primera de las citas tuvo lugar el lunes en la ermita de la Yedra, con motivo del VII Aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. La imagen que procesiona en la madrugá bajó de su camarín para estar más cerca de la plazuela en tan bonita y recordada fecha para sus devotos. El propio lunes, se celebró la tradicional Función Solemne en conmemoración de tal efeméride a la que solo asistió la Junta de Gobierno, debido a las limitaciones de espacio de la ermita. La homilía estuvo a cargo del Director Espiritual de la Hermandad, don Ignacio Gaztelu Pastor.

Corporaciones hermanas

Al día siguiente, también se respiró Esperanza en la plaza de Belén. Siete años y una semana atrás, era la dolorosa de la Plazuela quien vestía de negro para reencontrarse con su historia y con la que sigue siendo su casa antes de ser coronada. El martes pasado, fue la Virgen de los Dolores quien se atavió con saya y manto de la titular de la Yedra. Así lució María Santísima de los Dolores durante su festividad para agradecer la colaboración de la ‘Cocina Autogestionada Ntra. Sra. De la Esperanza Coronada’ con ‘Costaleros por nuestros mayores’ –también reconocidos por su labor durante el confinamiento-.

Con este sincero gesto de cariño, se rubrica la estrecha relación que mantienen ambas corporaciones hermanas y quedó una estampa para la historia, en el marco de una situación tan excepcional. Igualmente, en la parroquia de San Dionisio se vivió otra jornada de veneración de los fieles, en este caso, a Nuestra Señora del Mayor Dolor. La mirada al cielo y perdida de la dolorosa del Jueves Santo buscaba el pasado martes la mirada del Señor del Ecce-Homo. Como novedad, la titular mariana portaba en su pecho la nueva joya regalada por la Junta de Gobierno de la Hermandad en agradecimiento por la legislatura que pronto acaba.