El FC Barcelona ha perdido este miércoles ante el Red Bull Salzburgo (2-1) en un Red Bull Arena lleno y en un duelo en el que se ahogó entre la presión local y el aguaceron en el que no pudo, salvo con Memphis Depay, encontrar la portería rival, y en el que terminó sufriendo la primera derrota de la pretemporada a 11 días de empezar LaLiga Santander ante la Real Sociedad.
? Final del partido
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) August 4, 2021
? #SalzburgBarça (2-1)
?? Luka Susic y Brenden Aaronson / Braithwaite pic.twitter.com/zQPLmdDb1v
Un total de 29.520 aficionados dieron la bienvenida al Barça a Austria. Un recibimiento agradecido, de poder volver a ver fútbol como si nada pasara, pero intimidatorio para un Barça menos rodado que el Salzburgo y que terminó mal, físicamente, y sin poder dominar.
A diferencia de las victorias contra Nàstic (4-0), Girona (3-1) y Stuttgart (0-3), este partido se le atragantó al equipo de un Ronald Koeman que negaba y negaba desde la banda, pero que tardó en cambiar jugadores y esquema. Volvió a poner doble pivote y llegó a situar tres centrales, también para intentar sacar el balón controlado.
Pero esos 'tics' del pasado no ayudaron a un Barça que cedió el balón, las ocasiones y el ritmo a su rival. Destacó en positivo Mempis Depay, que jugó todo el partido y, pese a venir de marcar en los dos duelos anteriores, no pudo hacerlo pero sí fue quien más lo intentó.
El Salzburgo venía de ganar al Atlético de Madrid (1-0) en esta pretemporada, y el Barça siguió ese mismo camino. Solo un gol afortunado, con disparo de Dest que dio en el rival Solet y en Martin Braithwaite, que marcó sin quererlo ni saberlo, puso un empate provisional que Brenden Aaronson rompió, del todo, en el minuto 90 tras un disparo previo al palo.
90' TOOOOOOOOOOOOOOHOOOOOOOOOOOOOORRRR!!!!!! 2-1, Brenden #AARONSON schießt ein ins Glück! ????????
— FC Red Bull Salzburg (@RedBullSalzburg) August 4, 2021
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No apareció Antoine Griezmann, tampoco un Frenkie de Jong metido demasiado atrás para intentar ayudar en esa salida de balón, y que se quedó sin poder llegar desde segunda línea. Mejoró el Barça en la segunda parte, con Álex Balde en el carril zurdo o con Yusuf Demir, recibido con silbidos en Austria por su pasado en el Rapid de Viena. Píldoras que, junto a la de Depay, fueron lo poco a salvar del ahogamiento en Salzburgo.