El Valladolid llega vivo a la última jornada a pesar de no hacer su trabajo en el Reale Arena, donde fue sometido por la Real Sociedad en un primer tiempo horrible del equipo de Sergio González.

El partido se intuía largo y con mucha posesión pero empezó loco, a los 5 minutos la había tenido un Valladolid que cambió a casi todo el equipo con respecto al que cayó derrotado contra el Villarreal, pero Kodro no pudo superar a un gran Remiro que le dio vida a su equipo.

Instantes después, sin llegar a los 10 minutos, marcó la Real en una conducción de Silva, que entregó a Isak para que el sueco se fabricara el tanto con gran habilidad y un sutil remate que hizo inútil la estirada de Masip, cuando intentó atajar a su izquierda el disparo del delantero realista.

Illarramendi, que volvía 2 meses después al equipo tras superar otra lesión, volvía a hacerse daño y era sustituido por Zubimendi entre la enorme tristeza del centrocampista de Mutriku que culminaba de esa manera otra temporada aciaga.

El partido estaba donde quería el equipo de Imanol Alguacil, al Valladolid le empezaron a entrar los nervios porque esta derrota le condenaba al descenso, y el pronóstico pasaba a ser de claro color local.

Isak, por si había dudas, marcó el segundo, otra vez con una gran definición de un jugador top a nivel europeo, al aprovechar el servicio de Oyarzabal mientras la novedosa defensa pucelana volvía a hacer aguas para desesperación de Sergio González.

Las cosas se le pondrían peor todavía a los vallisoletanos cuando David Silva se unió a la fiesta txuri-urin y marcó el tercero aprovechando que la defensa blanquivioleta no comparecía en el Reale Arena y encajaba el cuarto de penalti tras un derribo provocado por Olaza. El belga Januzaj no desaprovechaba la ocasión para incrementar la diferencia.

La Real no quiso hacer sangre en la segunda mitad, Alguacil jugó también con las 4 tarjetas de Isak y Silva para protegerles de cara a la última jornada y sería Portu el que asumiera el rol del sueco, incluso marcando un gol que sería anulado tras revisión VAR.

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Los pucelanos miraban ya más a otros campos que a su propio trabajo, a pesar del gol del honor de Marcos André, y como los donostiarras estaban ahítos, el marcador no se movió y ambos pensaron ya en sus últimos partidos en los que se jugarán los respectivos objetivos.