Santi Denia y sus jugadores sabían que no iba a ser nada fácil. Ambos equipos se conocían perfectamente de la fase de clasificación en tierras checas, donde empataron a un tanto que a la postre benefició a ambos. El encuentro respondió a todo lo esperado, teniendo en cuenta además de la complicación del debut.

Ivan Jevic dispone de un bloque muy bien armado y trabajado en la faceta defensiva, que cerró casi siempre todas las líneas de pase a una España cuyo mando territorial no encontró la profundidad y la precisión necesaria en el último pase.

Ni siquiera la temprana lesión de un hombre clave en la medular como Ivan Ilic alteró un ápice el libreto del cuadro balcánico, que al margen de un par de cabalgadas de su lateral diestro Stefan Radmanovac, se dedicó a contener.

España mejoró tras el descanso. Quedó demostrado desde la salida, con tres ocasiones casi seguidas, dos de Nabil Touaizi y una de Arnau Puigmal.

No entraron los hombres de Santi Denia en las precipitaciones, en jugar a lo loco. Sin grandes alardes o juego brillante, supieron tener la paciencia necesaria ante una Serbia que en algún momento tendría que bajar el ritmo de presión y acusar el desgaste.

El premio a la mayor ambición llegó en el gol del capitán, el central del Manchester City Eric García, al rematar de cabeza un centro desde la izquierda de Miguel Gutiérrez tras un saque de esquina.

Fue el primer y único gran error de la zaga de los serbios, que dejaron solo al defensa español dentro del área pequeña y este no perdonó para obtener un triunfo que se antojaba imprescindible a la vista de lo que le queda por delante. El martes se enfrentará a Holanda, que venció también este sábado a Alemania por 3-0.

No obstante, España aún tuvo que sufrir. Arnau Tenas, que apenas había tenido que intervenir al final del primer tiempo, se convirtió en el salvador del triunfo en un remate demasiado inocente de Jovan Dermanovic, que acababa de salir, pero sobre todo en un nuevo disparo del lateral diestro Radmanovac.