El Real Madrid llega a Belgrado después de una temporada "difícil y complicada", por la gran cantidad de lesiones que sus jugadores han sufrido, y con la conjura de todos ellos por intentar conseguir la 'Décima' para poner el colofón.

Hasta diecisiete jugadores ha tenido el primer equipo del Real Madrid en nómina para afrontar una campaña que comenzó ya sin Sergio Llull y que poco después perdió a uno de los fichajes estrella de la temporada Ognjen Kuzmic.

Gustavo Ayón, Anthony Randolph y Trey Thompkins, por motivos familiares, tuvieron ausencias prolongadas de muchas semanas en el equipo, y, claro, muy pocos jugadores se libraron de esas pequeñas lesiones y golpes habituales que hacen parar un par de partidos.

Las bajas y los fichajes exprés de Chasson Randle y Edy Tavares, además de las continuas entradas y salidas de jugadores, hicieron que el equipo se volcara en sí mismo, que apretara los dientes y que hiciera frente a la adversidad.

Todos los jugadores han dado más de un paso al frente para suplir la baja de compañeros. Que no había bases, pues Rudy y Causeur ejercían de tales.

Que no había pívots, pues Taylor, Maciulis o Radoncic hacían sus funciones. Muchos equipos habrían cejado en su empeño ante la pertinaz presencia de lesiones, pero el Madrid supo arreglárselas para mantener el tipo el ir superando objetivos a lo largo de la temporada. Ganar el 'playoff' sin el factor campo al Panathinaikos, tras un primer partido en Atenas para olvidar, ha sido la fuente de moral y confianza con la que el equipo ha cerrado la conjura por la 'Décima'.

Todos los jugadores se acuerdan de la Final a Cuatro de hace un año en Estambul, cuando el Madrid cayó con malas sensaciones ante el Fenerbahce. Y nadie quiere volver a pasar por eso. También hicieron referencia al "hambre de títulos", según el mexicano Gustavo Ayón, que tiene la plantilla tras año y medio sin haber ganado nada. "El año pasado perdimos la final contra el Valencia.

CSKA Moscú y Real Madrid, los dos clubes más laureados de Europa, con siete y nueve títulos en la máxima categoría, respectivamente, están citados en Belgrado en la Final a Cuatro de la Euroliga para buscar una plaza en la final que pueda agrandar su ya extenso palmarés.

El CSKA llega con la baja del escolta francés Leo Westermann y algunas dudas sobre el también escolta francés Nando de Colo y el pívot el estadounidense Kyle Hines, aunque ambos, tras estar ausentes un par de semanas por lesión, ya volvieron al equipo el pasado domingo en la VTL rusa en la victoria del CSKA sobre el Parma Perm, con 17 puntos de De Colo en 19 minutos.

Será un auténtico choque de trenes entre dos de los mejores equipos del continente. Los rusos son unos auténticos especialistas en llegar a la Final a Cuatro, con quince presencias en las últimas dieciséis ediciones, aunque con tan solo tres títulos. Los españoles con cinco de las últimas seis sólo consiguieron el de 2015.

En cualquier caso son dos superequipos con calidad y recursos en todas las posiciones, en ataque y en defensa, bajo el aro y en el perímetro.

CSKA y Real Madrid se conocen y se respetan. El equipo ruso se ha reforzado con dos ex del Real Madrid: Sergio 'Chacho' Rodríguez y Othello Hunter.

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Lo del Chacho está siendo de traca porque ha hecho olvidar a todo un ídolo en Moscú, el serbio Milos Teodosic, y con su juego, sus asistencias y sus puntos está siendo un pilar fundamental para el griego Dimitrios Itudis, entrenador del CSKA.

Hunter ha reforzado el puesto de pívot en un equipo que apuesta por jugadores no tan altos como otros, pero más rápidos, saltarines y efectivos. Aún así la prensa rusa señala que el poder de los hombres altos del Real Madrid supera al de los rusos.