Reese Witherspoon protagoniza con éxito ‘La buena mentira’, optimista retrato, ejemplar e integrador, sobre el choque de culturas, dirigido por Philippe Falardeau
¡Mis queridos palomiteros! ‘La buena mentira’: Reese Witherspoon humaniza el drama de inmigrantes. Llega a Movistar el próximo 14 de mayo a las 22.10 horas en AMC este drama basado en hechos reales, dirigido por el laureado cineasta canadiense Philippe Falardeau.
Recordamos que en 2011 su historia Monsieur Lazhar fue candidata al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa. Con La buena mentira despliega espíritu y personalidad propia al ponernos de frente un nuevo episodio, nada edulcorado, aunque edificante y positivo, sobre la desgracia de la inmigración.
Mamere y Theo son hijos del jefe de su aldea en el sur de Sudán. Cuando un ataque de la milicia del norte destruye su casa y asesina a sus padres, el hijo mayor, Theo, se ve obligado a asumir el papel de jefe y ha de dirigir a un grupo de jóvenes supervivientes, incluyendo a su hermana Abital. A medida que el harapiento grupo realiza la difícil caminata hacia el campamento de refugiados de Kakuma, en Kenya, se encuentran con otros niños que huían.
‘La buena mentira’: Reese Witherspoon humaniza el drama de inmigrantes
La película se centra en la vida de una mujer americana, Carrie, soltera y bastante desordenada y barullera, que ejerce de trabajadora social.
A ella le da vida la oscarizada Reese Witherspoon (Agua para elefantes, 2011; En la cuerda floja, 2005) -su rol comparte notables similitudes con el de la oscarizada Sandra Bullock en The blind side (John Lee Hancock, 2011)-, que tendrá que ayudar y dar cobijo a cuatro jóvenes refugiados de Sudán, a los que popularmente se les conoce como “Los niños perdidos de Sudán”, y que gracias a un sorteo han conseguido trasladarse al centro de los Estados Unidos, a Missouri.
Naturalmente, tienen que enfrentase a situaciones desconocidas en su nueva vida, pero ayuda bastante el buen ambiente que se va generando a medida que se van conociendo todos. Carrie hace lo posible, especialmente consciente de las privaciones que han sufrido, por enseñarles a desenvolverse en el mundo moderno.
Los actores sudaneses que comparten protagonismo con Witherspoon son los excelentes Arnold Oceng, Ger Duany, Emmanuel Jal y Nyakuoth Weil, muchos de los cuales fueron también niños de la guerra.
Desde que comenzó la brutal guerra civil en Sudán en 1983, nuestros protagonistas han estado en viaje permanente buscando una vida mejor
Siempre el ser humano se siente atraído por las películas basadas o inspiradas en hechos reales, puesto que supone la ocasión ideal para adentrarnos sin medida en películas con estos mimbres, sabiendo de antemano que lo que el filme cuenta es cierto.
Si a eso le sumamos que uno de los productores de La buena mentira es Ron Howard, director de éxitos de taquilla como El Código Da Vinci (The Da Vinci Code, 2006) o el correcto Una mente maravillosa (A beautiful Mind, 2001), aumentan los motivos por ver buen cine.
Falardeau consigue que en el cine comercial subyazcan las buenas voluntades y el amor al prójimo en situaciones extremas
Desde que comenzó la brutal guerra civil en Sudán en 1983, nuestros protagonistas han estado en viaje permanente buscando una vida mejor. Quince años más tarde, un esfuerzo humanitario traería a América a 3.600 niños sin familia.
A pesar del ligero lastre en su primer tercio y de algunas arritmias ocasionales, el resultado final de La buena mentira (The good lie, 2013) -incluido lo paradójico del título de la película- es muy bueno porque trae al primer plano de la realidad unos acontecimientos terribles bien armados.
Y todo ello es asunto de un guión consistente -buena crítica contra los burócratas americanos- alejado del carácter documentalista o moralino, que Falardeau ha vertebrado en un filme comercial en el que subyacen las buenas voluntades y el amor al prójimo en situaciones extremas como ocurría en Incondicional (Brent McCorkle, 2012) o Mi último día sin ti (Stefan C. Schaefer, 2011) y más concretamente en Hotel Rwanda (Terry George, 2004) o Disparando a perros (Michael Caton-Jones, 2005).
Los actores sudaneses que comparten protagonismo con Witherspoon son excelentes
Queda, pues, una importante historia sobre la capacidad de adaptación del ser humano ante un ambiente hostil, que deja un fuerte legado de supervivencia y optimismo hasta el triunfo de la vida, un interesante choque de culturas tratado con respeto y una mirada firme sobre los tiempos actuales en los que, sin motivo, está de moda la persecución a los cristianos por su fe.