‘La llamada peor que recuerdas es cuando te llaman para decirte que ha habido un atentado. Y nosotros, desgraciadamente, lo vivimos varias veces. Era yo el que recibía la llamada en la media noche y era yo el que despertaba a Zapatero’, relata Bernardino León Gross en la conversación con Adolfo Arjona.

Después de ocho años en el gobierno, el Partido Popular de Aznar era desbancado por el PSOE. José Luis Rodríguez Zapatero ganaba las elecciones en marzo de 2004 y sumaba a su equipo de la Moncloa a un malagueño discreto y con una apasionante carrera diplomática a sus espaldas. Carrera que lo había llevado a Liberia, Sierra Leona, Libia, Argel y Atenas. Este abogado, enamorado de la Diplomacia, descubrió su pasión siendo un niño, cuando vio en la gran pantalla a Charlton Heston y Ava Gardner en la película ’55 DÍAS EN PEKÍN’.

‘Fueron unos años muy duros en la política nacional. La oposición hacía una oposición muy dura; ese es el juego político… acusar al Gobierno de todo lo que ocurría. Y Zapatero tenía la preocupación de enviar el mensaje adecuado a la comunidad internacional, no quería dar la sensación fuera de nuestras fronteras de que España se iba a venir abajo. Zapatero miraba hacia el exterior y por eso evitaba la palabra crisis, aunque su mensaje se interpretaba como si fuera un mensaje nacional’, explica el que fuera durante tres años Secretario General de la Presidencia.

Bernardino León Gross hace memoria en ‘La Noche’ y asegura: ‘En 2010 entramos en la etapa más difícil. El 80% de nuestro tiempo era evitar que la economía española fuera rescatada, porque íbamos a perder el control y todos los sectores económicos iban a sufrir mucho. Tuvimos que concentrarnos en sacar adelante el país y evitar la tragedia económica. Zapatero habrá cometido sus errores pero dejó claro que los intereses del país estaban por encima de sus intereses personales’, concluye el que fuera su mano derecha.