La Jornada Nacional de Manos Unidas obliga al sano ejercicio de hacer recuento de todas las personas que forman parte de esta ONG de la Iglesia. En primer lugar, los dos millones de beneficiarios en los países del sur, protagonistas de su propio desarrollo desde los mejores valores de sus propias culturas. Manos Unidas trabaja siempre con misioneros y otros agentes locales, muy pegada al terreno y con proyectos a largo plazo.

Todo eso, respaldado desde España por un equipo de profesionales altamente cualificados y un ejército en las delegaciones diocesanas de más de 5.000 voluntarios, capaces de movilizar ciudades enteras para actos benéficos. De los 50 millones que recaudó Manos Unidas en 2016, cerca del 90 % proviene de fuentes privadas, gracias a más de 75.000 socios y colaboradores. Son muchas manos unidas trabajando por la erradicación del hambre y haciendo realidad cada día el nombre de la organización.

Pero no basta. Manos Unidas recuerda que 815 millones de personas carecen de alimentos suficientes. Tras dos años de intensa labor de concienciación, recordando el impacto social y ambiental del desperdicio de alimentos, Manos Unidas cierra el Trienio de lucha contra el hambre con el lema “Comparte lo que importa”. En una sociedad en la que se comparten todo tipo de contenidos a través del móvil, Manos Unidas anima a generar debate sobre cómo nuestros estilos de vida repercuten en los demás. Se trata de sumarnos a todas esas manos que quieren mejorar el mundo.