El Ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, ha ordenado que se dé cumplimiento a la sentencia que establece que la Generalitat de Cataluña debe devolver 44 piezas del patrimonio histórico y artístico del Monasterio de Sijena, ubicado en la provincia de Huesca. Los conocidos popularmente como “bienes de Sijena” son un total de 44 piezas entre las que se encuentran algunos sepulcros del siglo XV únicos en el mundo, algunas esculturas de alabastro y una serie de tablas policromadas con más de tres siglos de antigüedad.

Las obras son parte de la historia de Aragón y el conflicto se remonta a los años 80 y 90 del siglo pasado, cuando las hermanas sanjuanistas de la Orden de Malta, propietarias del convento de Sijena, vendieron 97 piezas al Gobierno catalán. Procede ahora fijar fecha para su devolución, porque como ha afirmado el Obispado de Barbastro-Monzón, la efectividad de la justicia solo se logra cuando se da cumplimiento íntegro a las resoluciones judiciales. Por analogía, el obispado reclama también que se atiendan de una vez los requerimientos sobre los llamados "Bienes de la Franja". La Generalitat ha venido dando largas con argumentos tan peregrinos como la dificultad de transportar las obras. Ahora, y aunque sea aprovechando la coyuntura de la aplicación del artículo 155, no caben más excusas. No es de recibo que se sigan inventando tretas para dilatar los procedimientos. Hay razones históricas de peso que sostienen las sentencias dictadas para que se devuelvan los bienes a sus lugares de origen.