El Estado Islámico ha reivindicado el acto terrorista perpetrado hoy en Francia. Un hombre que había robado previamente un vehículo en Carcasona ha irrumpido en un supermercado y ha retenido a varios rehenes, armado con una pistola y granadas. El balance total es de tres muertos y cinco heridos, a los que se suma el propio terrorista que ha sido abatido por la policía.

Se trata del primer atentado yihadista perpetrado en Europa desde el sufrido en Marsella el pasado 1 de octubre. En este caso, según la jerga del Estado Islámico, se trataría de un “soldado del Califato” que habría jurado lealtad al grupo terrorista desde el extranjero. El Gobierno francés y la policía han actuado con diligencia, el secuestro se ha resuelto en pocas horas y el terrorista no ha podido consumar un atentado mayor. El peligro, sin embargo, permanece.

El llamado Estado Islámico se ha replegado en Siria e Iraq pero muchos de sus combatientes han regresado a sus países de origen. Además, busca combatientes que extiendan su terror más allá de Oriente Medio, y en Europa existen sectores juveniles de origen musulmán que, tras alejarse de la tradición de sus mayores, conectan con el yihadismo como forma de responder a sus frustraciones. Por eso, además de todas las medidas policiales, es necesario un esfuerzo educativo y social para que los jóvenes europeos de tradición musulmana no sucumban a la ensoñación letal del Daesh.