La segunda fase de la operación de tráfico de Semana Santa ha comenzado esta tarde con las primeras retenciones en carreteras de grandes capitales como Madrid y Barcelona y en tramos de la costa mediterránea.

Según ha informado la Dirección General de Tráfico a primera hora de la tarde ya estaba complicada la salida de Madrid especialmente por la A-5, a la altura de Arroyomolinos, por un vehículo averiado que estaba provocando seis kilómetros de retenciones.

Además había dificultad para salir de la capital madrileña por la A-3 en Rivas y en la M-50 en el acceso a la A-6 a la altura de Las Rozas.

En Barcelona se registraban retenciones en la B-23 en El Papiol hacia el enlace con la AP-7 y en Girona un accidente en la C-65, a la altura de Llagostera, obligaba al tráfico alternado de vehículos.

También era intensa la circulación en Valencia, en la la V-30 a la altura de Chirivella, y en Alicante había retenciones importantes en la Nacional 332 a su paso por Torrevieja en ambos sentidos.

Igualmente había ya dificultad de circulación en Málaga, en la A-7, a la altura de San Pedro de Alcántara y Fuengirola en sentido a Barcelona, así como en Murcia, en la misma autovía, a su paso por Espinardo en ambos sentidos.

Un accidente por alcance de vehículos en la A-49 a la altura de Camas ha provocado retenciones importantes en la entrada a Sevilla por la A-4 en el entorno de la Universidad de Loyola.

También era intensa la circulación en la ronda SE-30 en varios tramos, especialmente en el puente del Centenario en sentido a la A-49.

La DGT aplica el dispositivo especial para la segunda fase de la operación de Semana Santa, que comienza hoy y terminará el lunes próximo, periodo en el que prevé que se realicen 9,1 millones de desplazamientos en las carreteras españolas.

En la Semana Santa del año pasado 31 personas fallecieron y otras 159 resultaron gravemente heridas en accidentes de tráfico.

Durante la primera fase de la operación de este año, entre las tres de la tarde del viernes y las doce de la noche del domingo pasado, once personas perdieron la vida en las carreteras españolas.