A nadie se le escapa que las largas noches tropicales no son el mejor aliado de nuestro sueño. Para dormir la temperatura ideal oscila entre los 18 y los 22 grados, cifra que se supera con creces en estas fechas.

"Se ha constatado que las altas temperaturas disminuyen su eficacia y calidad del sueño, lo fragmentan y provocan numerosos despertares, ya que a medida que aumenta la temperatura en el ambiente, la duración de los ciclos del sueño es más corta", según explica el Instituto del Sueño. Además, "para dormir necesitamos alcanzar una temperatura determinada, el descenso de la temperatura nos va a producir somnolencia y verano se retrasa ese descenso debido al calor".'

MELATONINA

También, el sueño se relaciona con la secreción de melatonina, "una sustancia que se libera en nuestro cerebro en condiciones de oscuridad, induciendo al descanso". Pero al haber más horas de luz en esta estación y acostarnos más tarde, "la melatonina se comienza a segregar más tarde".

ALIMENTACIÓN Y SIESTA

Las terrazas, vacaciones... hacen que seamos más anárquicos con la hora de acostarnos. Tampoco cuidamos igual nuestra alimentación y quien puede aprovecha para echarse una siesta después de comer. Todo ello perjudica el sueño. Por eso si queremos recuperalo en lo que queda de verano, ten en cuenta estas medidas:

– Debemos acostarnos y levantarnos a la misma hora

– No dormir la siesta más de media hora.

– No tomar bebidas bebidas excitantes o alcohólicas antes de dormir

- Utilizar sábanas de fibras naturales ya que mejoran transpiración y por tanto la oxigenación del cuerpo.

.- Ventilar antes de irse a dormir, para que salga el calor y la humedad.

- Darse una ducha de agua templada antes de dormir para ayudar a que mantega su temperatura natural

- Nada de dispositivos electrónicos en la habitación y mejor dejar de usarlos un buen rato antes de acostarnos.

- Evitar las cenas copiosas y preferiblemente hacerlas 3 horas antes de dormir.

- Tampoco debemos practicar deporte 3 horas antes de acostarnos