Es una de las tareas que muchos hombres realiza a diario. Nada más levantarse y con el afán de controla el vello que crece en nuestra cara, es habitual realizar un buen afeitado. Y sobre esto cabe preguntarse: ¿qué es un buen afeitado? ¿Qué errores cometemos todos a la hora de afeitarnos, de los cuales, ni siquiera somos conscientes. No te preocupes y saca la libreta, porque existe una larga lista de errores que todos cometemos de forma cotidiana a la hora de afeitarnos, unos errores que van en perjuicio directo de la salud y el estado de la piel de nuestra cara.

Afeitarse con pocas pasadas: evitar el sangrado

Es uno de los principales problemas a los que muchas personas se enfrentan cuando se afeitan. Al final, cuantas más pasadas se realizan en nuestra piel con la maquinilla de afeitar, es más fácil que la piel se irrite y termine por producirse pequeños sangrados. Esto va en perjuicio de nuestro cutis facial que tardará un tiempo en recuperarse y que, de hacerlo de forma repetida, puede hasta acabar con marcas.

La solución pasa por reducir el número de pasadas en el afeitado. La mejor forma de hacerlo es afeitarse en dirección contraria al crecimiento del pelo de la barba. Este movimiento prácticamente arranca los pelos de raíz y consigue que el afeitado sea de menos pasadas por nuestra piel, lo que genera que sea mucho menos probable que sangremos cuando nos afeitamos.

Afeitarse siempre después de la ducha

No es un condición indispensable, pero sí que se debe tener el pelo de la barba y la cara en general húmeda. Así la pasada en el afeitado es, como en el caso anterior más eficaz y evitamos tirnateces en la piel. Cuando nos pegamos estos tirones en la cara, al final acabamos por producir pequeñas heridas, que de nuevo, acaban con sangrado y una salud cutánea peligrosa.

¿Qué hacer después de afeitarse?

Si antes de empezar es fundamental que tengamos la cara húmeda, después es más que recomendable que aliviemos nuestra cara con algún producto tipo loción o after-shave. No se trata de que queramos promocionar ningún producto en concreto, pero lo cierto es que tras afeitarse es prácticamente inevitable que se produzca una leve irritación en la piel. Afeitarse es un proceso que supone rasurar la superficie de la piel con una cuchilla, algo que conlleva unos riesgos mínimos aunque salvables.

Es por ello que cualquier producto que uno se ponga en la piel de la cara tras realizar un afeitado aliviará la piel y conseguirá que mantengamos una salud razonable que acabaremos notando en nuestro aspecto al pasar los años.

¿Cada cuánto debo cambiar las cuchillas?

Es uno de los grandes dilemas a los que muchos nos enfrentamos. Resulta casi inevitable la tentación de alargar la vida útil de las cuchillas de afeitar. En su elevado precio en el supermercado encontramos uno de los motivos, así que, ¿cada cuánto se debe desechar una cuchilla de afeitar?

La recomendación suele estar entre los 5 y 7 usos por cuchilla. Esto supone utilizar unas 4 cada mes. Precisamente ese suele ser el tamaño de paquetes de venta en tiendas, donde los recambios se comercializan de cuatro en cuatro. Sea como fuere, ampliar en demasía una cuchilla que claramente hay que tirar puede ser de los mayores errores que cometamos, ya que si la hoja acaba por mallarse, la herida en nuestra piel está prácticamente asegurada y está puede revestir de una gravedad mayor que lo habitual.