Las principales organizaciones ecologistas han señalado que el borrador de la ley de cambio climático y transición energética "va en la dirección correcta", pero consideran que los objetivos que persigue son "insuficientes" y han señalado que le falta ambición "para llegar más lejos y más rápido".

Las principales organizaciones ecologistas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) han remitido al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) sus observaciones sobre el primer borrador que se ha conocido de la futura ley de Cambio Climático y Transición Energética.

Estas organizaciones han señalado que el texto del Ejecutivo cuenta con casi todas las herramientas necesarias para estar a la altura de otras normas estatales aprobadas en otros países en los últimos 10 años.

Han felicitado al Gobierno por reconocer la necesidad de actuar "con urgencia y ambición" ante la amenaza del cambio climático y garantizar que España hace su parte para tratar de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, como ha recomendado el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC).

La iniciativa del Ejecutivo, según estas organizaciones, contiene grandes avances en la lucha contra el cambio climático y en la transición energética, "pero no son suficientes dada la magnitud del reto al que nos enfrentamos", y han señalado que el objetivo de reducir las emisiones "solo" un 20 por ciento en 2030 respecto a 1990 es "claramente insuficiente".

Critican además la falta de un calendario para el cierre de las centrales de carbón y nucleares.

Entre los aspectos positivos del proyecto, han citado el objetivo de un sistema eléctrico 100 por cien renovable o la prohibición del uso de combustibles fósiles en automoción; la prohibición de las nuevas prospecciones de hidrocarburos y del 'fracking'; la prioridad de acceso a las redes para las energías renovables; o la retirada de las nuevas inversiones del Gobierno que favorezcan los combustibles fósiles, así como la desinversión de los activos existentes.

Han señalado algunos aspectos "poco ambiciosos" de la ley, y han apostado por alcanzar emisiones netas cero para el año 2040 -en lugar de un 90 por ciento menos en 2050- por prohibir la venta de nuevos automóviles de combustión fósil para 2028 en lugar del 2040; o por alcanzar un 100 por ciento de penetración de energías renovable en 2040 en el conjunto del sistema energético -no solo en el sector eléctrico- .

Y entre las carencias de la ley, las organizaciones ecologistas han citado un calendario de cierre programado de las centrales de carbón y nucleares para antes del año 2025; la prohibición de que las mismas empresas sean propietarias tanto de centrales de generación como redes de distribución eléctrica; y una tasa sobre las emisiones de dióxido de carbono y medidas concretas de fiscalidad verde.

Las cinco principales organizaciones ecologistas han echado también en falta en el borrador del Gobierno instrumentos "claros" para impulsar la reducción de las emisiones de forma urgente en los sectores de la agricultura, la ganadería, la gestión forestal, los residuos, la industria y la ordenación urbanística y del territorio.