Cada español consume una media de 50 kilos de carne al año, lo que conlleva un fuerte impacto ambiental según un informe que hoy ha difundido Equo y en el que se apunta que "si queremos que nuestra dieta sea más saludable y sostenible" no se deberían de superar los 20 kilogramos anuales, ha defendido el eurodiputado Florent Marcellesi.
La ganadería industrial genera casi el 15% de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera (el 60% de todas las emisiones relacionadas con los alimentos), y contribuye a la deforesta de los países del sur: "El 75% de la soja transgénica que deforesta la Amazonia, por ejemplo, se utiliza para alimentar al ganado europeo", denuncia el documento.
El informe "Comer bien para vivir mejor: Reduzcamos nuestro consumo de carne" recoge que la tendencia a nivel mundial sigue al alza y se estima que crecerá un 76% en 2050, fundamentalmente la considerada "carne barata" procedente de un modelo industrial y "de baja calidad que ya representa el 80 por ciento mundial de los últimos años".
Entre los efectos adversos para la salud de este modelo, cita el aumento de la obesidad y aporta datos como que el número de personas obesas en los países empobrecidos aumentó de 250 millones a casi mil millones en menos de tres décadas
Para el eurodiputado verde, resulta "más que necesaria una reflexión sobre los impactos de esta industria low-cost de carne y proponer alternativas de producción y de consumo hacia una alimentación sana, sostenible y respetuosa con los animales".
Sólo en materia de lucha contra el cambio climático el documento apunta que, para cumplir los objetivos del Acuerdo de París de 2015 y garantizar un clima seguro para 2050, es necesario revolucionar el modo en que el mundo produce sus alimentos y también "(r)evolucionar los menús de los comedores escolares" y propone "menos carne pero carne de calidad, ecológica, variada, fresca (no más de 4 días desde que fuera envasada) y con Indicación Geográfica Protegida.
En el informe, que defiende que comer no es solo una acción fisiológica e individual sino un acto de gran incidencia social, han participado entidades como Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, Anima Naturalis, Avatma, Justicia Alimentaria, CECU, la Red EQUO Derechos Animales y el consejo español de Dietistas y Nutricionistas, aportando cada una un ángulo de análisis así como propuestas alternativas.
Marcellesí indicó que además es "imposible" el bienestar animal en nuestro país en una industria intensificada y enumeró las alternativas que, según el informe, son posibles, entre ellas "apostar por la agricultura ecológica y por la ganadería extensiva y ecológica, y volver hacia una dieta mediterránea basada en proteínas vegetales".