Los diestros Sánchez Vara y Luis Antonio Gaspar "Paulita" cortaron una oreja cada uno en la última corrida clasificatoria de la Copa Chenel celebrada hoy en Villa del Prado (Madrid) en una tarde en la que Miguel de Pablo ofreció una gran imagen aunque acabaría emborronándolo con por la espada.

Sánchez Vara cortó la primera oreja de la tarde a su primero, un toro de Quintas mansurrón y justito de fuerzas al que el torero de Guadalajara, que banderilleó con facultades, cuidó dándole muchos tiempos para que no se rajara, en una faena de oficio y salpicada de buenos naturales de uno en uno. La estocada viajó certera y a sus manos fue un trabajado trofeo.

El cuarto fue uno de Partido de Resina áspero y sin clase, muy tardo en sus rebrincadas oleadas, sin humillar y rebañando. Sánchez Vara anduvo muy solvente para imponerse a tantas dificultades y, aunque en lo artístico fue inviable, sí logró momentos de cierta intensidad por lo firme y decidido que se mostró en lo que fue un emotivo toma y daca. El feo bajonazo le cerró la Puerta Grande.

Con tijerillas, verónicas y chicuelinas recibió Paulita a su precioso pero muy flojo primero, de Quintas, al que condujo con suavidad a media altura en la muleta, componiendo muy bien la figura y gustándose, aunque el toro no admitía tandas excesivamente largas ni que lo apretaran por esa justeza de fuerzas tan acusada.

No fue faena rotunda, ni mucho menos, pero las cosas que le hizo el veterano torero aragonés tuvieron gusto y cierto arrebato. La espada le privó de tocar pelo.

A por todas salió Paulita en el quinto, tanto que, en uno de los muletazos de rodillas con los que abría la faena, el toro le cogió y lo volteó de manera muy aparatosa en lo que fueron unos momentos de verdadera angustia, especialmente por la fea caída sobre el cuello.

Despojado de la chaquetilla y visiblemente desmadejado volvió Paulita a la carga ante un toro que embestía con mucho ímpetu, con más genio que bravura, y con el que se mostró muy enrazado el aragonés en una faena que aunó arrebato y entrega.

La falta de contundencia con los aceros no le privó de tocar pelo, un premio que recogió la cuadrilla al tener que pasar en ese momento a la enfermería con claros gestos de dolor.

Miguel de Pablo mostró una gran imagen con su primero, un toro noblote de Partido de Resina al que saludó con una larga cambiada en el tercio y al que cogió muy rápido el aire en cuanto a distancias y alturas se refiere para diseñar una labor asentada, firme y, sobre todo, capaz, en la que se le vio muy sereno y haciendo las cosas a la perfección a un animal que iba y venía pero quedándose corto.

Lástima que tan buena dimensión mostrada se viera finalmente emborronada por el mal uso de la espada, y de lo que era un triunfo asegurado se quedó en una ovación con saludos.

El sexto fue un toro muy descastado y deslucido con el que el joven madrileño hizo un gran esfuerzo para justificarse sobradamente, aunque, eso sí, con la espada volvió a demostrar que debe mejorar considerablemente.

FICHA DEL FESTEJO.- Tres toros de Quintas (1º, 2º Y 6º) y otros tres de Partido de Resina (3º, 4º y 5º); bien presentados, cada uno en la tipología de su encaste, y de juego desigual. Mansurrón y justito de fuerzas el primero; con calidad pero cogido con alfileres el segundo; noblote el tercero; áspero y sin clase el cuarto; con genio y complicado el quinto; deslucido el sexto.

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Sánchez Vara (gris plomo y oro): estocada (oreja); bajonazo (vuelta al ruedo tras leve petición).

Paulita (rosa y oro): pinchazo, casi entera tendida y tres descabellos (silencio); pinchazo, otro hondo y descabello (oreja).

Miguel de Pablo (rosa y oro): tres pinchazos y estocada desprendida (ovación); dos pinchazos y media caída (ovación).

La plaza registró una media entrada aproximadamente en los tendidos.