Los novillos de Lozano Hermanos y El Cortijillo, que resultaron de variado juego aunque algunos tenían mucho por torear, evidenciaron las carencias de una terna que con mayor o menor grado de experiencia, mostró que precisa mucho más rodaje y puesta a punto. La pregunta es dónde ganarán ese oficio si únicamente ferias como la de Albacete apuestan por el futuro organizando dos novilladas con picadores. Si continúa la sangría de este tipo de festejos, el futuro de la Fiesta se complica aún más porque si se dan oportunidades pero luego no se aprovechan por diversas circunstancias, pintan bastos de aquí a algunos años.

Porque la novillada tuvo novillos de interés, algunos de ellos muy buenos –y desaprovechados- como los lidiados en tercer y cuarto lugar, y con alguna opción el primero, precisando estos utreros y el resto unas manos y telas más experimentadas y curtidas en anteriores batallas. Lo dicho, la sensación que queda es de frialdad y hasta cierto punto de un festejo desangelado. Cada novillero a su estilo y con conceptos definidos, o por definir, pero todos reúnen una falta de pericia evidente y hasta entendible, pero no por ello justificada y excusable.

Entrando en materia, el antiguo alumno de la Escuela taurina de Albacete, Mario Sotos, veroniqueó a pies juntos al primer novillo de la tarde. Posteriormente, recibió un puyazo donde no apretó cerca de tablas. Siguió un intento de variedad de capote en el quite, sin resultado, y un caótico tercio de banderillas. Sotos volvió al concepto de pies juntos al inicio con la muleta pero con poco resultado. Prosiguió con la diestra aunque no hubo eco en el tendido, continuó al natural algo más lucido pero quizás la cercanía terminó ahogando al novillo que terminó a menos. Mató tras pinchazo y estocada trasera y perpendicular, concediéndole una oreja tras petición sorprendente y minoritaria que el presidente Coy concedió. Trofeo ojiplático, que se dice.

Por su parte, con el encastado cuarto, uno de los mejores del encierro aunque tardeó en el caballo, empujó sin clase y salió suelto al notar el puyazo, le siguió un segundo tercio desordenado y desacertado por parte de la cuadrilla. Mario comenzó con la diestra citando en la media distancia, cite al que novillo respondía y que embestía con repetición y transmisión cuando había una suerte de continuidad con las telas, extremo que no se produjo. No terminó de dominar al toro ni de extraer lo que llevaba dentro y todo se fue diluyendo entre circulares y algunos enganchones en el toreo al natural. Mató de estocada rinconera y saludó tras minoritaria petición acertadamente no atendida por el presidente Coy.

Por su parte, el más placeado de la terna, Antonio Catalán “Toñete”, se nota con más recorrido que sus compañeros pero tampoco está a demasiada distancia. Las cifras de novilladas que antes se consideraban más bien mediocres, ahora son calificadas de aceptables, lo que viene a explicar el porqué de la situación actual de gran parte de la novillería. Así, el segundo de la tarde, al que instrumentó un recibo capotero acelerado, empujó en el peto con un pitón, luego con otro, golpeó el estribo y terminó saliendo suelto, dejando después una mayor viveza en banderillas aunque tampoco exagerada. Toreando con la diestra con la muleta retrasada e iniciando el pase en la cadera, no llegaba el lucimiento, tampoco el acople con la zurda en la primera serie, algo mejor la segunda aunque hubo un enganchón, volvió a circulares por inercia con la diestra, quedando la sensación de que faltaba algo en el novillo, pero también en el joven “Toñete”. Mató de media estocada y seis descabellos.

Y con el quinto, un toro descastado y de pobre juego, empujó al peto con la cara alta, golpeando también el estribo, aunque mostró recorrido en banderillas, se vino abajo muy pronto. La faena, marcada por su aplomada condición, y con la muleta nuevamente citando desde la cadera, no pasó de unipases para mostrar voluntariedad. Mató tras estocada trasera, tendida y baja que terminó escupiendo, y estocada trasera y desprendida con golpe del puntillero.

El paseíllo lo completó el alumno de la Escuela taurina local, que debutaba con picadores, David Martínez. Se enfrentó a una dura prueba con el tercero de la tarde, un novillo al que se le rectificó el puyazo, topó al peto con la cara alta, golpeando al estribo y saliendo también suelto del encuentro con el caballo. Mostró estar pendiente de los capotes en la suerte de banderillas, acudiendo pronto a los cites. Con la muleta había mucho que torear y David anduvo en un mar de toques y enganchones con la muleta en un toreo a media altura por parte del novel torero. Nada que destacar con la zurda. Mató tras pinchazo, media caída y tendida, se echó el encastado novillo, tres golpes de puntilla, se levantó, y otros tres descabellos.

Con el sexto, un utrero que no cumplió ni de lejos en varas ni banderillas en dos tercios sin orden ni concierto, Martínez nunca se acopló ni confió en una labor sin historia y con un oponente de nulo juego. Mató tras cuatro pinchazos, estocada y tres golpes del puntillero.

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FICHA DEL FESTEJO 

Albacete, lunes 11 de septiembre de 2017. 4ª de Feria. Algo más de media entrada.

Cuatro novillos de El Cortijillo (1º, 2º, 4º y 6º) y dos de Lozano Hermanos (3º y 5º). Correctos de presentación, algunos cómodos de cabeza. Nobles, en conjunto. 1º, ahogado, terminó parado y pegajoso. 2º, venido a menos; 3º y 4º, encastados, con muchas opciones en la muleta. 5º, descastado y parado; 6º, descastado, se apagó muy pronto.

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Mario Sotos, oreja y saludos tras minoritaria petición.

Antonio Catalán “Toñete”, saludos tras aviso y silencio.

David Martínez, que debutaba con picadores, silencio tras aviso y silencio.