Fernando Adrián salió a hombros en la primera semifinal de la Copa Chenel celebrada hoy en Valdemorillo (Madrid) tras cuajar a la perfección a "Acomplejado", un bravo toro de vuelta al ruedo de Zacarías Moreno, al que desorejó, en una tarde en la que Jesús Enrique Colombo sumó también un apéndice.

El saludo capotero rodilla en tierra de Adrián a ese cuarto ya fue de nota alta, como también el vibrante inicio de muleta también de hinojos de tremendo valor ante un toro que embestía con tremenda codicia y al que Adrián entendió a las mil maravillas para dar forma a una emocionante labor, corriendo la mano por el derecho con mucha suficiencia y enganchándolo también por el izquierdo de maravilla.

Importante dimensión la ofrecida por el joven torero de Torres de la Alameda ante un bravo toro de Zacarías Moreno, que no bajó el ritmo ni un solo momento, con muchísima transmisión. No era fácil la papeleta para Adrián demostró otra vez en esta Copa Chenel que es un torero que pudo funcionar en cuando le lleguen las oportunidades.

Y es que la comunión con el toro fue total, la reunión y el ajuste en todo lo que hizo, la hondura que mostró al natural, la suficiencia en el toreo en redondo y el gusto y la torería en los adornos y remates. Borrachera de toreo también en un epílogo en la distancia corta y con los tendidos totalmente entregados, tanto que hasta le llegaron a pedir el indulto del astado.

El palco mandó al madrileño a montar la espada, que manejó, por cierto, a la perfección. Dos orejas con fuerte petición de rabo y vuelta al ruedo de ley para "Acomplejado", que fue como llamó el gran ejemplar de Zacarías Moreno.

Antes, en su primero, un sobrero descastado de Zacarías Moreno, ya se había mostrado firme el madrileño para tratas de dominar la situación a lo largo de una labor en la que se le vio muy capaz, especialmente cuando al toro ya sabía lo que se dejaba atrás.

El otro suceso de la tarde llegó en el quinto, otro gran toro de la divisa madrileña, este más enclasado que su hermano, al que Colombo realizó una faena muy entregada aunque en lo artístico faltaron cosas, sobre todo menos brusquedades ante un animal que pedía sitio y distancias y con el que Colombo se empeñó en hacerlo todo en la distancia corta.

No se puede decir que estuviera mal el joven espada de San Cristóbal, pues, además de variado con el percal y vibrante con los palos, firmó enjundiosos pasajes sobre todo al natural, pero es verdad que la faena no acabó de fluir tal y como demandaba el toro, de ahí que, tras el espadazo final, el palco le concediera una sola oreja, quizás por agravio comparativo con lo que había hecho Adrián.

Su primero fue un precioso jabonero de Prieto de la Cal que todo lo que tuvo de fachada le faltó de fondo. EL venezolano, que anduvo muy desigual con los palos, llegándose a cortar accidentalmente con uno de los arpones de su primer par, apenas pudo pasar de las probaturas y de los pases de uno en uno a media altura debido a la absoluta falta de fuerzas e insulsa condición de su antagonista.

Isiegas toreó de maravilla a la verónica a su primero, un toro que cogido con alfileres de salida y que ya en el segundo muletazo se fue descaradamente a tablas, donde trató de buscarle las vueltas el joven aragonés, que en su haber hay que destacarle un soberbio espadazo entrando muy de verdad al hilo de las tablas.

El sexto fue un toro de Prieto de la Cal muy deslucido con el que Isiegas no tuvo la más mínima opción. Qué mala suerte tuvo hoy con el lote el joven torero de Zaragoza-

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros (2º y 6º) de Prieto de la Cal y otros tres (1º bis, 3º, 4º y 5º) de Zacarías Moreno, bien presentados. Destacó el cuarto, de nombre "Acomplejado", número 70, colorado de capa y nacido en enero de 2017, premiado con la vuelta al ruedo. También fue extraordinario el quinto. Descastado el primero; sin fuerzas el segundo; rajado el tercero y deslucido el sexto.

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Fernando Adrián (sangre de toro y oro): pinchazo hondo, media baja y atravesada (palmas); gran estocada (dos orejas con petición de rabo y dos vueltas al ruedo).

Jesús Enrique Colombo (celeste y oro): estocada trasera y desprendida (ovación tras leve petición); estocada desprendida (oreja con petición de la segunda).

Jorge Isiegas (azul noche y oro): gran estocada (ovación); estocada atravesada que hace a guardia y seis descabellos (silencio tras aviso).

En cuadrillas, Antonio Molina saludó en el primero y Jesús Aguado hizo lo propio en el cuarto.

La plaza registró menos de media entrada en los tendidos.