El clasicismo de Uceda Leal emerge de forma rotunda en Madridejos (Toledo)

El toreo clásico de José Ignacio Uceda Leal ha emergido este viernes de forma rotunda en la localidad toledana de Madridejos, donde ha salido a hombros tras cortar tres orejas, en una tarde muy serie también de Fortes, que paseó un apéndice, y de entrega total de Raúl Rivera con el lote de menos opciones de una complejo corrida de Alcurrucén.

Uceda Leal mostró su veteranía y buen oficio ante un primero de poca raza y escasa clase, al que acabó metiendo en la muleta fundamentalmente por el pitón derecho, por donde le robó muletazos templados y por abajo de muy buen aire. Cortó una oreja.

Cuando se derrumbó el cuarto en la apertura de faena pocos podían imaginar lo que ocurriría después: Una soberbia faena de Uceda Leal, de gran pureza y extraordinaria hondura, cumbre al natural, por donde extrajo muletazos inmaculados ante un animal bravo y que fue siempre a más, y al que dio fiesta también en el toreo en redondo.

Labor rotunda de principio a fin, de gran entrega, muy medida también, refrendada de un soberbio estoconazo y premiada con dos orejas de ley.

Con unas magníficas verónicas saludó Fortes a su primero, un toro complejo porque nunca venía entregado en las telas y con el que el malagueño anduvo muy firme, tratando de hacer las cosas con gran verdad tanto en la colocación como en la forma de trazar los muletazos ante un animal que acabó echándoselo a los lomos, sin llegar a herirle. Lo echó todo a perder con el descabello.

El quinto fue un toro que se movió de aquí para allá pero sin humillar ni ir nunca metido en los engaños de Fortes, que nuevamente anduvo muy seguro y toreando con gran naturalidad en una labor de notable sinceridad, en la que no vendió absolutamente nada y salpicada con remates muy toreros. Esta vez sí funcionó la espada a la primera y paseó una oreja.

Raúl Rivera anduvo muy dispuesto y con oficio ante un tercero nada fácil, un toro que se lo pensaba mucho y reponía después sus ásperas e inciertas acometidas, pero con el que el que el toledano, que banderilleó con facultades, puso toda la carne en el asador en una labor que acabó siendo ovacionada.

El sexto fue un toro muy deslucido y con peligro sordo, con el que Rivera anduvo nuevamente muy entregado en una faena de altos y bajos, y sin oportuna rúbrica con la espada.

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros Alcurrucén, de buenas hechuras aunque desiguales de caras, sin entrega y complicados en conjunto, a excepción del extraordinario cuarto, bravo, con ritmo y siempre a más, de nombre "Sultanato", premiado con la vuelta al ruedo.

Uceda Leal, de azul marino y oro: estocada (oreja); gran estocada (dos orejas).

Fortes, de gris perla y azabache: estocada algo atravesada y tendida y doce descabellos (silencio tras dos avisos); estocada algo contraria (oreja).

Raúl Rivera, de añil y oro: estocada muy tendida y atravesada y descabello (ovación tras petición); pinchazo, y estocada caída y tendida (palmas en la despedida).

La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos.