Un equipo de investigación del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha comprobado que los peces de cultivo adaptados a condiciones con bajos niveles de oxígeno han mejorado su metabolismo y su condición física y por tanto, su respuesta al ejercicio, del mismo modo que lo hacen los deportistas que se adaptan a competir en altura.
Los científicos han comprobado la importancia de la adaptación a bajos niveles de oxígeno como mecanismo de mitigación de los efectos negativos del cambio climático, con un aumento de la temperatura de los océanos y la disminución de oxígeno disuelto en el agua, de peces en cultivo.
Como deportistas que se adaptan a competir en altura, los jóvenes ejemplares de dorada empleados en este estudio se adaptaron a una falta de oxígeno moderada que mejoró su condición física y su metabolismo, según han informado fuentes del IATS.
El estudio, publicado en el número especial de la revista Biology dedicado a "Transcriptómica y Genómica Aplicada a la Acuicultura" muestra cómo juveniles de dorada adaptados durante 6 semanas a una hipoxia (falta de oxígeno) moderada, con un 40 % de saturación de oxígeno en el agua, mejoraron la resistencia a la fatiga por ejercicio.
Tras realizar pruebas de natación en túneles de actividad hasta alcanzar la fatiga por agotamiento, se tomaron muestras de sangre y músculo de los peces para comparar los valores de marcadores bioquímicos y moleculares con los de animales en condiciones normales de oxígeno e ingesta de alimento.
El trabajo realizado por el IATS revela también que, durante el periodo de exposición a bajos niveles de oxígeno, los peces convirtieron mejor el alimento en energía a expensas de un crecimiento corporal e ingesta alimenticia menor, lo que se compensó rápidamente tras la vuelta a un estado normal de oxígeno (normoxia).
El análisis de los marcadores sanguíneos y musculares también mostró que el estado de hipoxia disminuye la actividad metabólica a la vez que aumenta la actividad lipolítica (proceso que "moviliza" la grasa acumulada para favorecer su consumo), con lo que también aumenta la contribución del metabolismo aeróbico a la demanda de energía del organismo quemando la grasa acumulada.
Según los investigadores, este reajuste metabólico también afecta a la expresión de numerosos genes implicados en la contracción muscular y síntesis de proteínas, lo que explica una mayor resistencia a la fatiga y el crecimiento compensatorio tras la vuelta a condiciones de oxígeno normales.
Al mismo tiempo, y como indica el doctorando del IATS Fernando Naya Català, "estos mismos animales muestran una mayor capacidad anaeróbica tras la vuelta a un estado de normoxia, lo que es indicativo de una notable plasticidad metabólica que es a su vez altamente dependiente de la genética del pez".
Jaume Pérez Sánchez, responsable científico de los proyectos europeos (AQUAEXCEL2020) y nacionales (BreamAquaINTECH), en cuyo marco se han desarrollado estas investigaciones en el IATS, indica a su vez que la adaptación a bajos niveles de oxígeno durante fases tempranas del desarrollo mejora la supervivencia larvaria sin efectos negativos a largo plazo sobre la dispersión de tamaños.