En aeropuertos, en plazas municipales, en cafeterías, en tiendas... Nos encanta conectarnos a redes públicas de Internet, de Wi-Fi, para no consumir los datos móviles que tenemos contratados con nuestras operadoras. No obstante, esto, lejos de parecer una ventaja, podría tener algún que otro riesgo y perjuicio que aún desconoces. 

Por ejemplo, aunque creamos que todas son públicas y gratuitas, no siempre es así. Muchos ciberdelincuentes crean redes móviles con el nombre de los establecimientos en los que nos encontramos para que caigamos en la trampa ."De hecho, los delincuentes copian los nombres de redes populares (por ejemplo, los de las conexiones gratuitas de las cafeterías o de cadenas de comida rápida) para engañar a los dispositivos", detallan desde la empresa antivirus Kaspersky. 

Esto provocará que, de haber conectado con anterioridad a la red gratuita, nuestro terminal conectará automáticamente sin preguntarnos, pudiendo ser perfectamente una red espía que nos robe información, nos bloquee el móvil o sustraiga nuestros datos personales o contraseñas. Otro de los riesgos es que es posible espiar el tráfico de otros usuarios, por lo que puede ocurrir que la persona que está en la mesa de al lado, esté analizando y manipulando nuestro tráfico. Además, a través de este tipo de res Wi-Fi públicas un atacante podría manipular el sistema de navegación del dispositivo utilizado por el usuario para cambiar parámetros de las webs a visitar, donde podría colocar anuncios y ventanas emergentes.

Así que a partir de ahora mejor analizar bien a qué red nos conectamos, si es fiable o no, si es de pago o no, o si nos merece la pena correr ese riesgo.