Siete de cada diez niños desplazados y refugiados aseguran que necesitan apoyo psicosocial y de salud mental, una cifra más de tres veces superior al 22 % estimado antes de la pandemia de la covid-19, según alerta un informe publicado por las ONG World Vision y War Child Holland.

"The Silent Pandemic" (La pandemia silenciosa) evalúa el impacto que el encierro y la covid-19 han tenido en la salud mental de los menores que viven en zonas de conflicto o que se han visto obligados a huir.

El estudio revela que el 43 % de los niños que viven en países afectados por conflictos han admitido que precisan ayuda psicosocial y de salud mental como resultado directo de la pandemia y de los confinamientos. Esta cifra se eleva al 70 % en el caso de los niños refugiados y desplazados.

La covid-19 "ha exacerbado" los problemas de salud mental a los que se enfrentan muchas personas en todo el mundo, denuncia la portavoz de World Vision Dana Buzducea, que advierte de que para os niños "que viven ya con el miedo, el trauma y el estrés crónico de los conflictos", su impacto ha sido "extremadamente perjudicial".

"En un momento en el que estos niños necesitan más apoyo psicológico que nunca, es más difícil que nunca tenerlo. Los servicios existentes, que ya son limitados en los campamentos de refugiados y en las áreas afectadas por conflictos, no pueden satisfacer la demanda", lamenta.

El estudio, realizado con casi 500 niños y jóvenes en seis países frágiles y con conflictos, revela además que el coronavirus agrava la angustia psicológica preexistente de los menores al añadir más ansiedades a sus estresadas vidas.

En gran medida, relacionan el aumento del estrés con no asistir a la escuela, tener menos acceso a servicios, actividades, centros de salud, áreas de juego, comida y agua, además de extrañar los deportes, el juego y la familia.

Asimsimo, el estudio muestra que, pese a que el 86 % de los niños más pequeños (7-14 años) y el 81 % de los adolescentes (de 15 a 17) pueden buscar y buscan apoyo emocional de un amigo o familiar, los más mayores (de 19 a 24) luchan por lidiar con su angustia, y sólo la mitad (41,8 %) tiene a alguien a quien acudir en busca de apoyo.

"La salud mental y el bienestar de los niños se está deteriorando gravemente durante esta pandemia. Es hora de actuar (...) Toda una generación de niños vulnerables podría enfrentarse a impactos potencialmente catastróficos y duraderos", sostiene la directora humanitaria de War Child Holland, Unni Krishnan.

En la actualidad, la financiación de la salud mental y el apoyo psicosocial representa sólo el 1 % de toda la financiación sanitaria humanitaria, añaden ambas ONG.