Enrique Ovejas Osés

"Cuando vinimos de Zaragoza nos encontramos con que las bajas temperaturas y la disminución de la intensidad del viento facilitaron las labores de extinción del fuego, pero un cambio de dirección en las masas de aire podría dificultar los trabajos de control".

Así lo ha narrado a Efe este lunes el jefe del Subgrupo Táctico "Alfa" de la Unidad Militar de Emergencia (UME), Marcos García, quien anoche llegó al Monte Yerga, entre los municipios de Villarroya, Quel y Autol, donde por la tarde se detectó un incendio, que ya ha afectado a 360 hectáreas, de las que 190 son, sobre todo, encinas, pinos y coscojas.

Las piscinas de Grávalos acogen el puesto de mando avanzado, desde donde se analiza el desarrollo del operativo y se realiza un seguimiento del incendio que, a mediodía, continúa activo, pero su perímetro de 11 kilómetros está estabilizado.

Grávalos, un municipio con unos 140 habitantes y a unos 70 kilómetros de Logroño, se encuentra en la ladera opuesta del Monte Yerga donde se ha iniciado el incendio, entre Autol, con unos 4.400 habitantes; y Quel, con unos 2.000.

Lo fundamental es que el viento sea favorable y no surjan nuevos focos en el Monte Yerga. Este es uno de los deseos que comparten los que participan en este operativo, formado por unas 160 personas, de las que 54 forman parte de la UME, quienes se trasladaron anoche a La Rioja desde la base de Zaragoza.

García ha asegurado que los trabajos están siendo "muy duros", pero espera que las circunstancias climáticas continúen siendo idóneas para poder controlar esta tarde todos los pequeños focos localizados en el Monte Yerga.

Un equipo audiovisual de Efe ha accedido a la zona cero del incendio, donde ahora se desarrolla una revisión aérea y terrestre del perímetro.

Para ello, dos helicópteros merodean el Monte Yerga para localizar posibles focos activos en las laderas cercanas a Quel y Autol, donde vierten agua, y al mismo tiempo se crean cortafuegos y se limpian malezas y caminos, con el objetivo de que el fuego no pueda continuar si se produjera un cambio de escenario.

En esta zona cero, sobre todo, quedan focos de humo, sin llamas, y un espacio que no ardió ayer pero es peligroso si se produce un cambio de viento, por lo que el operativo utiliza motosierras, azadones y hachas para desbrozar y crear cortafuegos a lo largo del camino.

El alcalde de Grávalos, Emiliano Muñoz, ha reconocido que ayer por la noche "hubo muchos momentos de tensión", ya que "los vecinos veían desde el pueblo cómo en la oscuridad se veía el resplandor de unas llamas que se veían cerca".

"Había miedo a que el fuego pudiera aproximarse al pueblo, hay varias granjas de cerdos y conejos que podían haberse visto afectados", ha subrayado Muñoz, quien ha recordado que hace 40 años ardieron entre 30 y 40 hectáreas de pinar, pero "nunca se había producido un incendio de estas características".

Sin embargo, ha tranquilizado a los vecinos y les ha dicho que todos los focos localizados en monte Yerga, en la cara próxima a Grávalos, están controlados, "si bien se puede ver una pequeña nube de humo y el incendio todavía permanece activo".

"Hemos dicho a las personas mayores que eviten salir de casa y que, si lo hacen, procuren utilizar una mascarilla para no respirar humo", ha constatado el alcalde de Grávalos.

Alfonso Arnedo, propietario del mesón Matías, el bar más antiguo de este pueblo, ha señalado a Efe que el miedo se extendió entre los vecinos cuando empezaban a llegar noticias de que podían desalojar algunas casas, "pero, gracias a los servicios de los bomberos y la UME, no ha habido que lamentar ninguna desgracia".

"Cayó algo de ceniza y la gente se asustó mucho", ha añadido Arnedo, quien ahora espera que se resuelvan los pequeños focos que permanecen activos en la cara de la montaña limítrofe con Autol y Quel para dar por extinguido el incendio. EFE.

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