La casilla para fines sociales de la declaración de la renta, conocida como la X Solidaria, cumple 30 años ayudando a millones de personas en todo el mundo, y la ONCE ha querido rendirle homenaje con dos cupones, uno el que ha salido a la venta este martes y el otro el próximo 11 de junio.

Los cupones han sido presentados esta mañana por el vicepresidente de la organización, Alberto Durán, en un acto al que han acudido los máximos representantes de la Plataforma de ONG de Acción Social, del Cermi, de la Plataforma de Infancia, de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo y de la Plataforma del Tercer Sector.

Con esta iniciativa, la ONCE quiere animar a marcar esta casilla, que fue elegida por 11 millones de personas en su declaración de la renta y ha reunido 20 millones de euros más que el año anterior hasta alcanzar los 334 millones.

Gracias a ello, millones de personas, la mayoría en riesgo de exclusión social, han podido ser atendidas a través de distintos programas, y no solo de España ya que, como ha apuntado Jaime Bara, vocal de participación de la Coordinadora ONGD, 61 millones se destinaron a proyectos de cooperación en más de 100 países de Asia, África y América Latina.

Jean y Victoria son algunos de los rostros de los beneficiarios de proyectos sufragados con la X Solidaria; el primero recibió asistencia jurídica de Movimiento por la Paz cuando llegó de su Camerún natal.

"Soy uno de esos inmigrantes subsaharianos que dejan sus países atravesando desierto y mar y saltando la valla", ha relatado el joven, que ahora se ve reflejado en otros compañeros que parten hacia Europa en busca de una vida mejor.

Hay muchas cosas, dice, que un inmigrante necesita saber cuando llega a un país extraño: "Crees que cuando llegas el objetivo está alcanzado, pero la realidad es muy diferente", subraya. De ahí la importancia de los programas como el suyo, que enseñe a estas personas sus derechos y obligaciones.

Victoria y su familia recibieron el apoyo de la Fundación Menudos Corazones cuando a sus seis años supo que padecía una cardiopatía congénita, que hasta que fue trasplantada la sumergió en un periplo de hospitalizaciones y síncopes que le impedían tener una vida normal.

"Tu vida cambia por completo en cuanto a nivel de estudios, actividad física... ", rememora la joven, que hoy trabaja y estudia Trabajo Social.

Porque, gracias a la casilla solidaria, la Fundación Menudos Corazones puede desarrollar proyectos que ayudan a atender necesidades relacionadas no solo con la salud, también la educación o el empleo, e incluso de alojamiento para familias que no viven en la misma región en la que está el centro hospitalario.