El Ministerio de Sanidad ha distribuido 6,15 millones de euros para este ejercicio 2021 entre las 8 agencias de evaluación de tecnologías y prestaciones sanitarias que forman la RedETS, lo que supone el 48 % más que la dotación del año anterior.

En un comunicado, Sanidad ha resaltado este viernes que ese alza presupuestaria sirve para "seguir fortaleciendo la evaluación de las políticas sanitarias y la toma de decisiones basada en la mejor evidencia científica disponible", gracias a los 2 millones adicionales para este año.

La Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones Sanitarias del Sistema Nacional de Salud (RedETS) fue creada en 2012, tiene carácter independiente y de ella forman parte los ocho organismos de asesoramiento científico-técnicos públicos.

La financiación del ministerio se otorga en función de la carga proporcional de trabajo asignado a cada centro según su experiencia, recursos y el porcentaje ponderado atribuido a cada actividad.

Así, en 2021 recibe 924.000 euros el IACS aragonés, 892.500 el SECS canario, 887.000 la AETSA andaluza, 854.000 el Avalia-t gallego, 824.510 el Instituto de Salud Carlos III, 728.000 el AQuAS catalán, 724.500 la Osteba vasca y 315.000 el UETS madrileño, para un total de 6.149.510 euros.

El Ministerio de Sanidad ha señalado que la RedETS es "una pieza clave" para decidir sobre la inclusión o exclusión de prestaciones y tecnologías sanitarias en la cartera de servicios, con el fin de que estén "aquellas que hayan demostrado seguridad, eficacia y eficiencia, en términos de coste efectividad".

En España, para la inclusión de nuevas prestaciones y tecnologías sanitarias en la cartera común de servicios del SNS es preceptivo el informe de evaluación realizado por la RedETS.

El incremento presupuestario para 2021 permite tres nuevas líneas de evaluación: medidas no farmacológicas para la pandemia de covid, servicios digitales en salud y medicina personalizada de precisión.

Estas tres se suman a otras existentes, como los informes de evaluación de tecnologías y prestaciones, las guías de práctica clínica, el plan de detección temprana de tecnologías nuevas y emergentes, los desarrollos metodológicos, los informes del plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias y la participación en redes internacionales.