El riesgo real de un gran tsunami en el Mediterráneo y la preparación de España

La Unesco avisa sobre un tsunami catastrófico en los próximos años, pero los expertos mejoran modelos y advierten de la necesidad de estar preparados

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Un tsunami es uno de los eventos catástroficos que más impresionan visualmente, teniendo en cuenta que han pasado 18 años, pero aún está muy reciente el que ocurrió en el sudeste de Asia en el año 2004, un tsunami que se llevó por delante 200.000 vidas. Hace tan solo unos días, la Unesco lanzó un inquietante mensaje, las posibilidades de que en los próximos 30 años las costas del Mediterráneo sufran un tsunami de más de un metro de altura son casi del 100%, lo que tendría consecuencias catastróficas. ¿Significa esto que estamos en peligro?

La Unesco es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, este organismo ha declarado la década 2021-2030 como Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible y, en ese contexto, ha organizado la Conferencia sobre los Océanos en Lisboa (Portugal) entre el 27 de junio y el 1 de julio. El comunicado sobre los tsunamis se produjo justo antes de este evento, y fue, sin duda, una magnífica forma de llamar la atención. Asimismo, también coordina el CoastWAVE, un proyecto que trata de analizar la resiliencia de las comunidades costeras frente a estos fenómenos.

Curiosamente, de forma paralela al evento de la capital portuguesa, los mayores expertos internacionales en investigación sobre tsunamis se dieron cita en Málaga, en la reunión de la red Agithar (Accelerating Global science In Tsunami HAzard and Risk analysis). El anfitrión, Jorge Macías Sánchez, matemático de la Universidad de Málaga, y su grupo de investigación Edanya (Differential Equations, Numerical Analysis and Applications) se han convertido en referentes mundiales en cálculos relacionados con las alertas y las consecuencias de los tsunamis. El propio Jorge Macías hablaba así de el comunicado de la Unesco. “No han sido muy precisos y sí algo alarmistas”. La advertencia se basa en estudios probabilísticos procedentes de resultados científicos, pero además de inconcreta es un tanto exagerada.

Las zonas que corren peligro en España

A pesar de la advertencia de la Unesco, en España las zonas más sensibles no estarían en el Mediterráneo, sino en el Atlántico, como demuestra la historia. El terremoto de Lisboa, de 1755, arrasó las costas portuguesas y españolas. “Las principales zonas en las que podemos sufrir tsunamis son Huelva y Cádiz, y en menor medida las Islas Canarias”, comenta el investigador de la Universidad de Málaga, Jorge Macías. En el golfo de Cádiz hay fallas activas que pueden provocar el desastre. “Si ha ocurrido, puede volver a pasar, pero los periodos de recurrencia, es decir, el plazo en que puede repetirse, son muy largos”, destaca, al menos, de varios siglos. En cualquier caso, en el Atlántico sí existe esa posibilidad, al menos teórica, de que se produzca “un tsunami de grandes dimensiones”.

Esto no significa que en el mediterráneo no hay peligro. En el mar de Alborán, entre la costa sur española y la de Marruecos, también hay bastante actividad sísmica, pero “las fallas que tenemos en esta zona tienen menor potencial generador de tsunamis”, afirma Jorge Macías. Puede haberlos, pero “serían más pequeños, no tan destructivos, y alcanzarían principalmente las costas mediterráneas andaluzas. Por otra parte, cerca de Argelia existe otra zona con actividad sísmica importante y, en caso de tsunami, podría alcanzar las Islas Baleares. De hecho, el 21 de mayo de 2003 Argel registró un terremoto de magnitud 7 y en la zona este y sur de Mallorca, así como en Menorca, se apreció una oscilación del nivel del mar de casi un metro. No obstante, solo se produjeron daños materiales en embarcaciones amarradas. Según los estudios posteriores, las características del relieve submarino pueden explicar que en aquella ocasión el oleaje se amortiguara en su camino a la costa.

El norte de España está mucho más protegido ante estos fenómenos. El potencial peligro en la costa atlántica de Galicia tendría el mismo origen, un seísmo importante en el golfo de Cádiz, con la ventaja de que la ola que impactaría sería menor tras recorrer cientos de kilómetros. La costa más protegida de toda España sería la cantábrica, porque está resguardada frente al peligro del golfo de Cádiz y porque hacia el norte no existen fallas activas. De hecho, la zona del mar Cantábrico está exenta de los planes españoles de actuación ante el riesgo de tsunamis, porque se considera que el peligro es inexistente. En cambio, en el resto de las costas españolas sí se recomienda la implementación de planes de actuación y de evacuación. La excepción son Huelva, Cádiz y Canarias, donde no hay una recomendación, sino una obligación. A pesar de que el periodo de recurrencia es muy amplio y lo más probable es que no suceda en siglos o milenios, la posibilidad de que ocurra un tsunami de grandes dimensiones existe y es necesario prevenir.

¿Cómo funcionan las alertas?

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) es responsable de la red sísmica y del sistema de alerta temprana de tsunamis en España. Su misión, en este caso, es detectar el terremoto submarino, localizar el punto en el que se ha producido y estimar su magnitud. Atendiendo a esa información, que se recoge en tiempo real, y con el conocimiento de las fallas que existen, puede lanzar una simulación numérica, precisamente, con los códigos implementados en la Universidad de Málaga. También se tiene en cuenta la distancia que existe hasta la costa y, con todo ello, el IGN genera un nivel de alerta en cada tramo de costa que podría verse afectado, lo que se transmite a Protección Civil y a los ayuntamientos.

Este sistema de alerta existe y debería funcionar, ¿pero cómo llega esta información a la población y cómo se produciría la evacuación de esas zonas? Esto requiere poner en marcha planes que aún no existen, con una sola excepción: Chipiona es el único municipio de España que está trabajando en ello, precisamente, a través de la Unesco y un programa denominado Tsunami Ready. Si observamos el mapa, se comprende mejor: esta localidad gaditana está situada justo en un pico que se adentra en el golfo de Cádiz, así que es probable que fuera la primera en recibir el impacto de un evento de estas características.

En concreto, Chipiona ha elaborado mapas de inundación para prever las zonas más vulnerables y ha definido rutas de evacuación, es decir, ha establecido hacia dónde debe dirigirse la población si llega el aviso, a través de qué caminos y cuáles son los lugares más seguros. Además, trabaja en la señalización y en sistemas sonoros de aviso. Este programa piloto, con el tiempo, está destinado a convertirse en una especie de acreditación que indicará si un lugar está preparado para ese riesgo. Por comunidades autónomas, sin duda Andalucía es potencialmente la más afectada, pero también la mejor preparada.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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