El desarrollo de la educación superior en el mundo debe partir de cuestiones globales y basarse en parámetros de sostenibilidad e inclusión, pero atendiendo a las particularidades de cada zona geográfica mundial.

Así consta en el nuevo informe elaborado por The Global University Network for Innovation (GUNI) que, bajo el título "Nuevas Visiones para Educación Superior hacia 2030", se ha presentado hoy en el marco de la Conferencia de la Educación Superior de la Unesco en Barcelona y que recoge el panorama universitario desde cada área.

En la presentación del texto, el secretario ejecutivo de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) y de la GUNI, Josep Maria Vilalta, ha destacado que una de las particularidades del informe es "su vitalidad", ya que se irá complementando con nuevas contribuciones como artículos, vídeos, entrevistas y podcasts durante el período 2022-25 hasta elaborar el texto definitivo.

El informe, que pretende activar políticas transformadoras de la universidad a nivel global y en cada zona geográfica, analiza el impacto de la covid en la educación superior, el futuro del trabajo, la ciudadanía, el conocimiento, el futuro digital-humano, la sostenibilidad, la internacionalización, la gobernanza y los profesionales de las instituciones de educación superior.

El texto ofrece un enfoque regional de Oriente Medio y Norte de África, América del Norte, Asia y el Pacífico, Europa, África y América Latina y el Caribe a partir de artículos de expertos de cada zona.

Sobre Medio Oriente y el norte de África, el informe dice que muchas instituciones de educación superior de la región "siguen obstaculizadas por desafíos, incluida la libertad académica limitada", a la vez que denuncia "ineficacia de la gobernanza y una brecha entre los contenidos proporcionados y las necesidades del mercado laboral".

Entre las reformas sugeridas, destaca centrarse en la producción de información relevante e impactante y en la investigación que beneficia a la sociedad, construir un vínculo más fuerte entre la teoría y la práctica en todas las disciplinas y una mejor concordancia entre los currículos impartidos y las necesidades del mercado.

Refiriéndose a las universidades de Estados Unidos, señala el informe que "los colegios y universidades estadounidenses inscriben una gran proporción de población de edad avanzada y atraen a muchos estudiantes" y que la educación superior se ve "acosada por presiones como la asequibilidad, la deuda estudiantil, el bajo nivel de obtención de títulos, altos niveles de desigualdad, un aprendizaje cuestionable y pobres resultados de empleabilidad".

Por ello, aboga por la "innovación en diseño curricular, pedagogía, evaluación, modalidades de entrega y acreditación".

Al mostrar la educación superior en Asia Oriental, el informe argumenta que los países asiáticos, "para lograr un futuro más brillante en educación superior, deben hacer tremendos esfuerzos y trabajar juntos para promover la prosperidad económica nacional y el desarrollo".

El objetivo es, según el informe, "crear un entorno estable y pacífico en el región, fomentar sistemas académicos con distinción nacional, atracción global y competitividad y establecer acuerdos de gobernanza institucional más favorables".

En cuanto a la educación superior en África, se refiere el informe al crecimiento de la educación superior en África Oriental, donde señalan que en la actualidad hay más de 300 universidades con más de 2 millones de estudiantes.

La región "avanza en la dirección correcta", aunque indican que los seis estados socios de la zona, "pese al establecimiento de un sistema regional de aseguramiento de la calidad, todavía tienen mucho trabajo por hacer en términos de armonización de la educación y para construir un sistema que permita el reconocimiento mutuo de calificaciones, acumulación y transferencia de créditos, movilidad, calidad del personal y de los estudiantes, comparabilidad de las cualificaciones y reconocimiento internacional".

El informe señala que la educación superior en el continente africano "ha experimentado un crecimiento excepcional en las últimas dos décadas", aunque las tasas de matriculación "continúan rezagadas".

Destaca que "existen profundas preocupaciones sobre la calidad y relevancia de la educación" a la vez que denuncia que los planes de estudio "de la mayoría de las universidades africanas continúan con un enfoque tradicional".

"Este enfoque ya no es capaz de satisfacer las demandas de la sociedad global, que requiere de los graduados resolver problemas complejos utilizando soluciones creativas, innovadoras y pensamiento y prácticas éticas", añade el texto.

En cuanto a la situación en América Latina y El Caribe, destaca que "en las últimas décadas, los países de América Latina han visto un desarrollo de la investigación que no se ha reflejado en los sistemas universitarios", por lo que han pedido "cambios estructurales en las universidades que faciliten la innovación y protejan los intereses de los investigadores y la institución".

También considera fundamental "garantizar la autonomía y la libertad académica".

Analiza asimismo la educación superior en Argentina y pone de relieve la necesaria "dimensión activa de la gobernanza del conocimiento como bien público común", en contraposición a un "capitalismo cognoscitivo".

Finalmente, al analizar la situación en Europa, constata que las universidades "se centran cada vez más en contribuir al desarrollo sostenible y a la transición digital" y señala "un cambio notable con respecto al paradigma anterior, donde las universidades señalaron su contribución al crecimiento económico y la competitividad". EFE.

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