Expertos en patología digestiva han instado este miércoles a actuar con rigor y criterios científicos al modificar los hábitos dietéticos de las personas que sufren síndrome del intestino irritable porque las dietas de exclusión deben utilizarse "con prudencia y únicamente cuando estén indicadas".

Esta es una de las pautas establecidas por estos expertos en el primer documento de consenso sobre las dietas de exclusión en el síndrome del intestino irritable (SII), que era necesario teniendo en cuenta que dos de cada tres pacientes restringen su dieta sin el consejo del gastroenterólogo o el nutricionista.

La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD), junto a la Federación Española de Sociedades de Nutrición, han elaborado este documento, dirigido a los especialistas implicados en la atención a estos pacientes.

En general, y de forma cada vez más extendida, se están aplicando dietas excluyendo diversos alimentos, y según el doctor Francesc Casellas Jordá, responsable del Comité de Nutrición de la FEAD y director científico del documento, "algunas de ellas son muy drásticas, puesto que afectan a alimentos básicos de nuestra alimentación".

Según la doctora Rosa Burgos, también de la fundación, esto no siempre se hace con rigor, con criterios científicos o con una monitorización adecuada. Las dietas de exclusión deben utilizarse únicamente cuando estén indicadas, puesto que -asegura- "podrían tener efectos perjudiciales sobre el estado nutricional y la salud en general".

La mayoría de pacientes con SII asocian la ingestión de una amplia gama de alimentos con síntomas de hinchazón y dolor abdominal y aproximadamente el 84 % de ellos cree que sus síntomas son provocados por al menos un alimento.

Y el 62 % restringe su dieta sin el consejo del gastroenterólogo o el nutricionista y prescinden frecuentemente de alimentos con lactosa, trigo, ciertas frutas y verduras.

Por eso, según el doctor Casellas recuerda que numerosos estudios apuntan el papel potencial de la dieta como desencadenante de los síntomas de SII.

En el caso de la lactosa, los pacientes con SII no tienen más grado de mal absorción que la población general, pero sí mayor grado de intolerancia, ya que son especialmente sensibles.

En cuanto al gluten hay que decir que en este momento no se puede recomendar excluirlo a estos enfermos ya que la evidencia es limitada, sin embargo existe un porcentaje de la población ( se estima en un 0,5 %) que ya hace una dieta sin gluten por creer que es más saludable o por mejora de síntomas gastrointestinales.