La directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, ha defendido este viernes que se combatan los vientres de alquiler porque suponen la explotación reproductiva de la mujer, convierten su cuerpo y a los hijos en mercancía y se trata de una "compraventa".

En una jornada sobre explotación reproductiva organizada por el Instituto de la Mujer, Gimeno ha abogado por hacer más pedagogía sobre los vientres de alquiler, ya que "una parte de la sociedad los sigue considerando aceptables": "Convierten el embarazo y a los hijos en una mercancía".

El Ministerio de Igualdad considerará la explotación reproductiva como una violencia machista en la reforma de la ley del aborto.

La directora del Instituto de la Mujer ha denunciado que los vientres de alquiler se dan en un contexto de neoliberalismo: "¿Estamos de acuerdo en que todo se pueda comprar y vender o hay cosas que no pueden entrar en el mercado?", se ha preguntado.

Se trata, ha incidido, de un negocio con "pingües beneficios a costa de la salud de las mujeres jóvenes", mujeres que son vulnerables.

"Se presenta la denominada gestación subrogada como una técnica, pero llamar al embarazo técnica es una cosificación absoluta del cuerpo de las mujeres (...) Que sea por contrato no convierte al embarazo en una técnica, es un proceso vital que transcurre en el cuerpo de la mujer", ha añadido.

Gimeno ha explicado que el negocio de los vientres de alquiler, con su "inmenso aparato de propaganda", ha logrado que la sociedad no se cuestione estos hechos.

Además, ha alertado del riesgo que supone que una voluntad ajena a la mujer embarazada sea dueña por contrato de un embrión.

A su juicio, legalizar esta práctica supondría una "gravísima amenaza para los derechos de las mujeres", para la autonomía de sus cuerpos y, sobre todo, para las mujeres más pobres.