La educación sexual, recogida en la Ley Celaá, no debe ser transversal sino una asignatura impartida por profesionales cualificados y debe contar con unas directrices y una coordinación desde el Gobierno central, han coincidido hoy martes en afirmar expertos reunidos en un debate de la Fundación Alternativas.

Durante el debate virtual "La educación sexual en la nueva ley educativa", se han analizado las posibilidades que abre esta norma, que prevé fomentar de manera transversal la educación para la salud, incluida la afectivo-sexual, desde Primaria.

Según el director del Laboratorio de la Fundación Alternativas, Jesús Ruiz Huerta, este ámbito es una asignatura pendiente en los procesos de formación del alumnado, pese a que la Organización Mundial de la Salud o la UNESCO reclaman desde hace décadas que se generen programas de educación sexual.

La tecnología y las facilidades de acceder a las redes hacen "muy fácil" acceder a contenidos de sexo y de la peor forma: a través de la pornografía, ha apuntado Ruiz Huerta.

Montserrat Grañeras, asesora en el Gabinete del Secretario de Estado de Educación y responsable de su Unidad de Igualdad, ha señalado que su departamento está desplegando una intensa actividad para desarrollar la nueva ley, también de repensar la educación y de recoger las nuevas necesidades surgidas en los últimos quince años desde la publicación de la Ley Orgánica de Educación (LOE).

"No valen los currículos de foto fija -ha añadido- sino una educación atenta a los fenómenos emergentes en las redes", ha afirmado Grañeras, quien ha señalado que se va a convocar a las comunidades autónomas para participar en el grupo de trabajo de igualdad.

En su opinión, "la exposición a todo tipo de información descontrolada desde el anonimato nos lleva a preguntarnos si estamos poniendo a nuestros jóvenes en situación de vulnerabilidad respecto a conductas sexuales que pueden no ser saludables.

Un reciente informe de Educación sobre violencia contra las adolescentes alerta sobre el aumento de violencia sexual y el ciberacoso, pero también muestra que trabajar en la escuela la violencia de género, la educación sexual y la prevención de riesgos derivados de internet, reduce el riesgo de sufrir y ejercer conductas violentas, ha recalcado.

El presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal, Guillermo González, ha sostenido que la educación sexual es una asignatura que "hemos suspendido durante mucho tiempo": "hemos hecho una educación sexual silenciosa" que lanza el mensaje de que de esto no se habla.

Pese a ser una "buena noticia" que la Lomloe recoja la educación sexual "no apostamos por la transversalidad", aunque los currículos -ha reconocido González- "están muy cargados".

A su juicio es "muy importante" que esta educación sea impartida por un profesorado cualificado y cercano a los alumnos, que resuelva sus dudas.

La presidenta de la Federación de Sociedades de Sexología (FESS), Francisca Molero, ha reconocido su preocupación por la escasa concreción de la Ley Celaá en este asunto, aunque "entendemos que se hará después", así como que se hable de transversalidad lo que puede conducir a que quede "al libre albedrío" de un profesional.

En este contexto ha abogado por formar a los profesores y que desde el Gobierno central se ofrezca a las comunidades unas directrices y una coordinación.

Cristina Sanjuán, técnica de Sensibilización y Políticas de Infancia en Save the Children España, también ha señalado su preocupación acerca de la educación sexual se quede en un "contenido transversal" y ha abogado por reflejarlo en el currículo y que se ofrezca formación permanente al profesorado. EFE