Un equipo del Instituto de Salud Carlos III ha revelado cómo manejaron la covid-19 los pacientes que sufrieron la enfermedad durante la primera ola de la pandemia en España y las diferencias según las características sociodemográficas de los enfermos.

El estudio ha analizado las diferencias en los conocimientos, las actitudes y las prácticas preventivas de los pacientes que se contagiaron con la covid en comparación con la población no infectada, y sus conclusiones se han publicado hoy en la revista British Medical Journal Open.

El trabajo ha sido liderado por la investigadora María Romay-Barja y se ha desarrollado en colaboración con el Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT), la Unidad de Investigación en Salud Digital y el Centro Nacional de Epidemiología -todos ellos del Instituto de Salud Carlos III- y la Universidad de Murcia.

Los investigadores realizaron un estudio transversal de personas con 14 años o más que vivían en España durante el confinamiento total de 2020 para conocer cómo manejaron la enfermedad en sus hogares las personas infectadas durante la primera ola.

Y han comprobado diferencias estadísticamente significativas en la prevalencia según las características sociodemográficas, en las condiciones de hospitalización, en la confirmación del diagnóstico de la enfermedad, en el tratamiento y en el aislamiento domiciliario según la edad.

También se han encontrado diferencias significativas en los conocimientos, las actitudes, el impacto emocional y el comportamiento preventivo entre los casos con la covid-19 y la población no infectada.

El estudio se basó en las respuestas de casi 3.400 personas, con una media de edad de casi 50 años (el 49,6 por ciento) y según los resultados obtenidos, la enfermedad fue significativamente más prevalente entre las personas casadas y que realizaban su trabajo fuera de su domicilio.

La mayoría de los casos de covid pasaron la enfermedad en su casa (el 84,0 por ciento) y la investigación ha encontrado diferencias también significativas basadas en la edad con respecto a las condiciones de autoaislamiento en el hogar.

Además, las personas que habían pasado la covid demostraron mejores conocimientos sobre los síntomas y la transmisión de la enfermedad que la población no infectada, ha informado hoy el Instituto de Salud Carlos III.

Las personas infectadas se sintieron además más deprimidos durante el confinamiento y mantuvieron, tras la enfermedad, un mejor comportamiento preventivo que la población no infectada (por ejemplo, utilizando siempre mascarilla fuera del hogar).

El trabajo ha permitido observar también que los casos de covid tuvieron dificultades para cumplir con las condiciones recomendadas para el auto-aislamiento domiciliario, o que la enfermedad tuvo un impacto importante en la dependencia de los cuidados de los pacientes no hospitalizados, que necesitaron el apoyo de sus familias para ser atendidos.

Ante estas conclusiones, el equipo que ha firmado el artículo ha incidido en la necesidad de reforzar los servicios sociales y de salud para seguir mejorando las necesidades de atención de la población en casa, especialmente cuando se trata de una epidemia causada por una enfermedad desconocida.