Anestesiólogos españoles han diseñado el primer registro en el mundo con herramientas de inteligencia artificial que contempla la evolución de los pacientes críticos COVID-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

El estudio, realizado por los servicios de anestesiología de varios hospitales españoles en colaboración con la empresa Ubikare, es el primero en el mundo que reporta prospectivamente la evolución clínica, el tratamiento recibido, los resultados y los factores de riesgo de mortalidad de pacientes críticos de COVID-19 tratados en UCI.

Entre el 12 de marzo y el 26 de mayo, los anestesistas recopilaron diariamente información detallada de un total de 663 pacientes críticos de COVID-19 ingresados en 30 UCI de España: datos demográficos, síntomas, signos vitales, marcadores de laboratorio, terapias de soporte, terapias farmacológicas y complicaciones médicas e infecciosas, y se realizó una comparación entre los pacientes fallecidos y los dados de alta.

Del registro se ha publicado un primer estudio que concluye que la mortalidad global en UCI fue del 31 % (203 pacientes), cifra similar a los reportes de síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) no producido por COVID-19. La estancia media en la UCI fue de 12 días, sin diferencias entre supervivientes y no supervivientes.

La conclusión más importante del trabajo, avalado por la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), es que la población española de pacientes críticos por COVID-19 es muy similar a la de cualquier otro país, por lo que todo aquello que se demuestre beneficioso en otros países se puede aplicar aquí.

Según el doctor Carlos Ferrando, jefe de Sección de Anestesiología y Cuidados Críticos del Hospital Clínic de Barcelona y director de la Revista Española de Anestesiología y Reanimación (REDAR), que ha liderado el trabajo, "disponer de esta información nos ha permitido ir mejorando el cuidado de nuestros pacientes día a día sobre una patología que no conocíamos".

Debido al valor de los datos registrados en plena pandemia ya hay 14 líneas de investigación activas con diferentes grupos de toda España.