El síndic de Greuges ha sugerido a la Conselleria de Sanidad que "a la mayor brevedad" diagnostique a una mujer que alega tener problemas psicológicos y psiquiátricos por la dismetría mamaria que presenta al habérsele vaciado el implante del pecho y que pide que la sanidad pública le sufrague el recambio de las dos protesis, para poder darle así el mejor tratamiento.

La mujer en su escrito de queja ha expuesto que hace 32 años, cuando tenía 23, por "problemas psicológicos" decidió realizarse un discreto aumento de pecho. No obstante, en una autoexploración hace un año descubrió "algo anormal" y el médico confirmó que el implante de suero fisiológico del pecho derecho se había vaciado y tenía una severa dismetría mamaria.

Por ello, muestra su preocupación por su salud ya que el envoltorio es de silicona con "los riesgos que puede tener al estar deteriorada" y porque le suceda lo mismo en el pecho izquierdo, además de afirmar sentir dolor por la retracción muscular. Pese a todo ello, la mujer ha señalado que la única solución que le facilitan es "la retirada de la prótesis defectuosa "sin solucionar la severa dismetría mamaria".

Por contra, la Gerencia del Departamento de Salud Valencia-Arnau de Vinalova-LlÍria replicó que es "muy improbable" que la rotura de una prótesis de suero fisiológico provoque un "grave problema de salud física y psicológica".

Aún así, el Servicio de Cirugía General del Departamento propone aceptar una nueva interconsulta de Atención Primaria, solicitando la retirada de ambas prótesis, pero sin recambio ya que son "procedimientos estéticos no incluidos en la cartera de servicios del SNS salvo oncoplastias".

Al respecto, ha argumentado esta posición en que "en ningún momento queda constancia médica de que exista una grave dismetría", puesto como indica la paciente se realizó un "discreto aumento de pecho".

Además, cuando se rompen estas prótesis provoca la salida del suero salino estéril que es reabsorbido por los tejidos "sin ocasionar ninguna patología", la cubierta de silicona "queda protegida por su cápsula y no provoca reacción" y que el vaciado hace que el músculo vuelva a su posición original "sin producir una retracción muscular".

Del mismo modo, ha esgrimido que el temor de la paciente a que se le rompa la prótesis por la antigüedad es "comprensible", pero que "ha sido decisión de la paciente mantenerlas tanto tiempo, y la rotura puede producirse en cualquier momento, tal y como comprendió al firmar el consentimiento de la intervención realizada por el médico privado aceptando los riesgos".

Con todo, recalca que "sí que le ofrece una solución a su problema: la retirada de ambas prótesis". "La paciente refiere que ha sido informada, sin hacer constar por quién, de que sólo se retiraría la prótesis rota cuando en realidad, por protocolo, se le pueden retirar las dos prótesis para así solucionar su problema de dismetría y el consecuente aumento de su afectación psicológica", ha apostillado.

Posteriormente, la paciente, ante la respuesta de la interconsulta, informó a su médico de atención primaria de que su cirujano privado falleció hace 20 años y que ella "no puede costearse una reintervención" y no se volvió a realizar ninguna otra petición de consulta a Cirugía solicitando la retirada de las prótesis.

La mujer alegó a este informe y insistió en ser "atendida psicológicamente y psiquiátricamente" y que la rotura de la prótesis "no sea considerada un simple caso estético sino psicológico y que sea atendida su solución reparadora, aunque esta no esté dentro de la cartera de servicios, si tras un seguimiento y valoración psiquiátrica así fuera recomendado".

Por todo ello, el síndic sugiere a Sanidad que "en relación a los problemas psicológicos y psiquiátricos a los que hace referencia la promotora de la queja, se establezca, a la mayor brevedad, el diagnóstico y su severidad con el fin de ofrecer a la autora de la queja la mejor opción de tratamiento".