La pandemia de covid-19 no ha provocado en España una "avalancha" de depresiones ni otros trastornos mentales como ansiedad, toxicomanías e incluso estrés postraumático como auguraban muchos psiquiatras.

Esta es la tesis que ha defendido el psiquiatra de la Red de Salud Mental de Álava Pedro Sánchez durante la apertura del XXVIII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría que se celebra estos días desde Vitoria de forma telemática.

Este congreso iba a celebrarse en marzo, pero tuvo que ser aplazado por la pandemia de coronavirus y se va a desarrollar desde hoy íntegramente por internet. Este seminario fue el primer congreso médico cancelado en España por la covid-19 y ahora será el primero de estas características en llevarse a cabo en todo el Estado.

En su intervención en esta primera jornada, Sánchez ha explicado que cada país tiene "su realidad, recursos y elementos culturales propios que determinan una forma única por parte de su población para hacer frente a un elemento estresante" y que en el caso de España la covid no ha causado la "epidemia de problemas mentales que estaba prevista".

En todo caso ha considerado que hay que distinguir entre un trastorno mental estricto como la depresión y "síntomas menores" como estar nervioso, tener insomnio, estar muy preocupado, perder el apetito o incrementarlo, que sí han surgido o están surgiendo en muchas personas durante la pandemia.

"Todos, en esta situación de incertidumbre hemos tenido mucho miedo, pero esto no quiere decir tengamos una enfermedad mental como la depresión y que requiramos de una intervención médica ni especializada", ha señalado el experto.

Es más no ha habido una "avalancha de personas que hayan manifestado que esta situación no la podían aguantar", sino que ha ocurrido lo contrario: "Hemos visto menos demanda en algunos casos, vinculados al miedo, ya que la gente prefería quedarse en casa y aguantar. Ha habido una sensación de aguante estoico".

Es necesario no obstante detectar cuándo esa preocupación, tristeza o nerviosismo "se pasa de la raya" y ya no es posible "hacer una vida normal", es decir que se resiente la relación de pareja, la capacidad para trabajar o para gestionar la vida ordinaria. "Estos ejemplos sí pueden ser señal de que quizás necesitamos ayuda", ha explicado. EFE