Quizá sea una de las historias más transgresoras que hemos conocido en los últimos años, pero el arranque de 2022 será imborrable para Wang, una joven china a la que sus padres le dieron un regalo un tanto peculiar, tanto es así que se va a convertir sin lugar a dudas en una historia que no será capaz de olvidar fácilmente; una cita a ciegas.

La joven acepta la invitación con un muchacho que se ofrece a cocinar y a prepararle una cena digna para una cita tan especial. Una vez están los dos juntos en la vivienda, las autoridades toman la decisión de cerrar el barrio donde vive el chico porque hay varios casos de Covid. Todos los vecinos deben quedarse confinados en sus casas hasta nueva orden. A la chica, la notificación le llega por mensaje de texto al móvil en medio de la cita. No puede moverse de allí. Le toca pasar unos días encerrada en la casa de un desconocido.

La historia da para película, pero lo cierto es que seguramente para los dos protagonistas hubiera sido preferible que se tratara de una historia de ficción. De hecho, en redes sociales se ha viralizado enormemente en las últimas horas, y las preguntas han sido reiteras. ¿Cómo fueron esos días?, ¿Qué tal se llevaban?, ¿Cómo fue la convivencia? Todo lo que contaba en redes ha sido acogido masivamente y con mucha guasa por millones de usuarios chinos.

La historia arrancó el pasado 9 de enero en la ciudad de Zhengzhou, una de las más grandes del norte de China. Nuestra amiga Wang regresaba a casa de sus padres porque le habían organizado un tour amoroso de lo más especial; un total de cinco citas a ciegas con varios hombres de la ciudad, con el objetivo de que con alguno de ellos saltara la chispa. Para el que le pueda extrañar, esta práctica es algo habitual en el país asiático por lo que no llamaba a la atención de manera peculiar.

El domingo, Wang se disponía a celebrar la última de sus cinco citas. En ese preciso instante, las autoridades sanitarias informaban de que el primer brote local de ómicron que se había detectado ese fin de semana en la ciudad de Tianjin, colindante con Pekín, se había extendido hasta Zhengzhou. La mala suerte se acumulaba al comprobar que los primeros casos se habían localizado en el barrio donde Wang estaba cenando con su cita. Aún no se había levantado de la mesa cuando se enteró de que ya no podría salir de la casa.

Una convivencia complicada

La situación empezó a ponerse delicada cuando la chica comenzó a relatar lo que ocurría a través de las redes sociales, donde se dedicaba a subir videos relatando la experiencia junto a un chico al que parecía no guardarle mucha estima. "Es un cocinero mediocre", dijo en uno de sus vídeos mientras grababa a escondidas a su acompañante; u otra ocasión en la que decía que "estoy buscando a una pareja más habladora, y no a un mudo como un maniquí de madera".

No parece que surgiera el amor entre los dos protagonistas que fueron víctimas de un brote en el que se han detectado más de un centenar de casos en una semana y la situación no acaba de estar tranquila en los lugares de alrededor. En estos momentos en la totalidad del país hay unas veinte millones de personas en situación de confinamiento.