La ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, ha llamado a la sociedad a vacunarse de la gripe y ha reconocido que es "un punto débil" de la sanidad en España, pues sólo el 56 % de la población de riesgo de esta enfermedad lo hace, frente al 75 % que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Carcedo ha hecho esta petición en declaraciones a la prensa este lunes con vistas a la campaña de vacunación de la gripe, que comenzará en otoño, antes de intervenir en la inauguración de un encuentro sobre vacunas que acoge la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (UIMP).

"Como se acerca el otoño, no desaprovecho la oportunidad de volver a recordar la necesidad de vacunarse de la gripe", ha trasladado, antes de señalar que "no es una enfermedad banal".

La ministra de Sanidad ha confiado en que este año se cumpla el objetivo de vacunación y que "toda la población de riesgo lo haga", al tiempo que ha recordado que España cuenta con unos 13.000 centros de salud y profesionales que "saben perfectamente" cómo se manejan las campañas contra la gripe.

Carcedo ha destacado que España, además de ser uno de los países con mayor porcentaje de vacunaciones, cumple "sobradamente" con el objetivo de la OMS de que un 95 por ciento de la población infantil se vacune, con un 97,5 %, habiéndose librado además del sarampión endémico, pues los casos ocurridos en los tres últimos años fueron de personas que se contagiaron en otros lugares.

"Es muy importante mantener esta tensión", ha enfatizado, y ha recalcado que con este nivel de cobertura se está protegiendo a toda la población, incluidos aquellos que por sus circunstancias personales no pueden ser vacunados.

Preguntada por si hay voluntad política de avanzar hacia la obligatoriedad de la vacunación, María Luisa Carcedo ha sostenido que si fuera necesario "por supuesto" que se haría, pero ha añadido que, con el actual grado de cobertura, España está cumpliendo por encima de lo recomendado por la OMS.

La ministra también se ha pronunciado sobre las corrientes antivacunas, que a su juicio son un "riesgo importante para la salud pública".