Cantabria adelantará el toque de queda a las diez de la noche y se plantea un cierre total de la hostelería, además de nuevas limitaciones de aforo de los locales públicos, si la curva de contagios sigue su tendencia ascendente en la comunidad autónoma, después de 28 días en los que no ha parado de crecer.

Según el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, son las próximas medidas que se tomarán, aunque no sabe aún cuando, si la evolución de la pandemia no mejora. "Y no hay previsión de que mejore", ha advertido hoy en rueda de prensa.

Rodríguez ha subrayado que la situación de los hospitales es "muy preocupante" y que es necesario tomar medidas para evitar más muertes y para que no lleguen más enfermos a las UCI, donde hay ya 36 pacientes con coronavirus ingresados, un ritmo "con el que no se puede seguir".

Cantabria llegó por primera vez este martes a los 500 casos acumulados por 100.000 habitantes en catorce días y está en el nivel 4 de alerta.

Todos los indicadores acordados en el Consejo Interterritorial de Salud están en niveles de riesgo muy alto, salvo el índice de positividad, que se sitúa en el 13,8 por ciento y la ocupación de camas de hospital, del 12,9 %, que son altos.

Los ingresos hospitalarios, según el consejero, están en los niveles del mes de abril y eso, ha destacado, no supone solo una sobrecarga de trabajo, sino que ya "en breve" habrá que recurrir a la suspensión de la actividad programada.

El consejero ha adelantado la posibilidad del próximo cierre total de la hostelería en el mismo día en el que el sector ha salido a la calle para protestar contra las medidas sanitarias y reclamar ayudas.

La caravana de protesta ha coincidido con la publicación, además, de un auto del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria que rechaza la petición de los hosteleros de suspender cautelarmente la resolución que les obliga a cerrar el interior de los establecimientos, que solo pueden servir en las terrazas y comida para llevar.