Casi el 40 % de los españoles reconoce haber recurrido alguna vez a pseudoterapias disfrazadas de "medicina alternativa" sin saber -o sin importarles- los efectos que ello podía tener para su salud y, en uno de cada cinco casos, guiados por el consejo de un profesional sanitario.

Son datos recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) este mismo año. "Tenemos el enemigo en casa", "es un problema de salud pública de primer orden", ha advertido hoy la presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), Elena Campos, en un acto organizado por el Colegio de Médicos de Las Palmas, uno de los combativos contra ese fenómeno.

Esta investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, asociado al CSIC, ha advertido hoy de la explosión que están viviendo estas supuestas "medicinas alternativas" en los últimos años gracias a la promoción que consiguen en determinados círculos y, sobre todo, a través de las redes sociales e internet.

Campos ha subrayado que ya no se trata solo de los tradicionales los curanderos, sino de prácticas que con frecuencia se envuelven de un falso barniz científico y que, en muchas ocasiones, directamente se cuelan en la consulta del médico o en la farmacia.

Esta investigadora del CSIC representa a un asociación fundada por un ciudadano que sufrió en su familia las consecuencias dramáticas que puede tener confiar en una falsa terapia, despreciando la medicina: el padre de un paciente con leucemia que murió porque un individuo lo convenció de que dejara la quimioterapia para administrarle un tratamiento a base de vitaminas.

El Colegio de Médicos de Las Palmas, que hace unas semanas consiguió que se suspendieran algunas de las conferencias que iba a ofrecer en Canarias uno de los promotores más famosos del uso de un tipo de lejía como "medicina" contra todo tipo de dolencias, ha pedido hoy a los medios de comunicación que no sean equidistantes.

"La ciencia no es opinable. La ciencia se demuestra", ha señalado hoy su presidente Pedro Cabrera.

La presidenta de la APETP ha subrayado que las terapias pseudocientíficas no son inocuas, sino que muchas veces tienen consecuencias, ya sean directas, como las de ingerir lejía u otros compuestos tóxicos, o indirectas, como las derivadas de sustituir un tratamiento convencional y contrastado por otro fraudulento.

Y esto último, muchas veces, implica la muerte, ha enfatizado Elena Campos, que asegura que la lista de pseudoterapias puede ser tan extensa como hábiles sean sus promotores para inventárselas y para convencer a un grupo de personas de que confíen en ellos.

La portavoz de la APETP ha cargado especialmente contra la homeopatía, a la que describe como una "enorme estafa", porque se basa en vender "azúcar a precio de oro", pero sin ningún efecto terapéutico demostrado, aunque se pueda adquirir en las farmacias.

"Solo se aprovechan del efecto placebo", ha remarcado Campos, para advertir, de nuevo, de que la homeopatía no es inocua, sino que puede hacer que un paciente se separe del tratamiento correcto.

Sobre este último asunto, ha subrayado que recientemente se documentó un caso mortal: el de un niño italiano que murió debido a una simple otitis, porque sus padres despreciaron los antibióticos y le dieron, en su lugar, compuestos de homeopatía.

La homeopatía se puede vender, ha explicado, porque hay una directiva europea que lo permite, a condición de que el envase aclare que el producto no tiene indicación terapéutica, algo que no siempre se cumple. Por ello, ha explicado, la sanidad del Reino Unido y la de Australia han dejado de financiarla y las autoridades de EEUU obligan a que los envases avisen de que no curan.

En este contexto, la APETP se felicita de que España esté siendo "punta de lanza en estos momentos en Europa" contra las pseudoterapias, una "colosal estafa" que, en ocasiones, tiene detrás negocios millonarios que involucran a multinacionales.